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Este silente de Duvivier es una historia bastante bien contada, pero poco destacable. No hay nada de la brillantez que infundiría regularmente a sus obras a partir de 1930. Uno busca realismo poético en la obra de Duvivier, mujeres malvadas: considerad a la madre indecible en "Poil de carotte", de 1926. Sin embargo, éste es simplemente un relato bien desarrollado sobre una mujer que piensa que prefiere una vida de gloria en el escenario de París a la vida con el lord escocés (su esposo) en su castillo.
La historia está bien, los actores están correctos, pero todo se había hecho ya muchas otras veces y mi atención comenzó a divagar. Imaginé que el canalla que intenta seducirla se parecía a Dick Smothers y que el actor que está con ella en el escenario en el final era un increíblemente joven William Bendix, vestido como lo haría en "Un yankee de Connecticut", en 1949. Obviamente, ambas suposiciones eran muy poco probables. Hay un buen intento de una técnica nueva para mí, que parece un corte cambiando la imagen a un espejo y viceversa. No estoy seguro de qué se pretendía lograr con esto, pero tal vez Duvivier pensó que indicaría un cambio de perspectiva, no sólo visual sino emocional, para la audiencia. Por otra parte, Duvivier juega mucho con la impresora óptica, como lo haría durante la siguiente media docena de años.