Comentarios
Ripeada por Arupa a partir de un xvid de 1,5 GiB
Kinoshita, explotando al máximo el espacio natural donde se rueda la cinta, se vale de la belleza paisajística del lugar para plasmar mediante la lírica visual los sentimientos de los protagonistas. Sus pensamientos se funden en la natura, utilizando planos detalles que se corresponden a lo observado por el anciano desde el presente. El reposo de las secuencias ayuda al espectador a construir y digerir en su interior el in crescendo de una explosión emocional llevada con maestría hacia el melodrama en sus secuencias finales. Los apuntes poéticos en off de la emblemática voz de Ryû es uno de los recursos más valientes y acertados del filme cuando estas reflexiones aparecen impresas de manera escrita sobre la imagen para dotar de mucha más fuerza a las distintas secuencias. A su vez, la continua banda sonora interpretada con guitarra española, consigue el efecto punzante pero a la vez melódico que casa a la perfección con lo sentido por los personajes. La utilización de la música de origen español no será un caso único en la filmografía del director japonés, pues en otra historia de amores imposibles, Un amor inmortal (1962), este protagonizado por Hideko Takamine y Tatsuya Nakadia, estará acompañado de salvajes pero melódicos compases flamencos.
Luis Suñer
(Cine Monogatari)