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En el país de las tinieblas


General

Titulo original: Au pays des ténèbres
Nacionalidad: Francia
Año de producción: 1911
Género: Drama

Otras personas

Director: Victorin-Hippolyte Jasset
Escritor: Émile Zola
Productor/Estudio: Société Française des Films Éclair
Compositor:
Fotografia:

Funcionalidades

Duración: 34
Pistas de idioma: Muda
Idiomas de los subtítulos: Castellano
Modo de color: Blanco y negro
Fuente ripeo: Web
Soporte: x264
Tipo archivo: MKV
Calidad imagen: Buena
Peso: 325 Mb

Reparto

  • Charles Krauss
  • André Liabel
  • Marcel Vibert
  • Cécile Guyon
  • Camille Bardou
  • Gilbert Dalleu
  • René d'Auchy
  • Henri Gouget
  • Renée Sylvaire
  • Mme. Van Doren

Sinopsis

Dos mineros del carbón aman a Claire: su primo Louis y su amigo Charles. Cuando ella se compromete con Louis, Charles se viene abajo. Louis es testigo del intento de Claire de consolar a Charles y aparecen los celos. Un día, en las profundidades de la mina, su enemistad estalla en una pelea.

Comentarios

Otro de esos nombres de esforzados pioneros del cine francés que hoy casi nadie recuerda, Victorin-Hyppolite Jasset nació en Fumay, en la región francesa de las Árdenas, en 1862, y después de estudiar pintura y escultura comenzó una carrera diseñando trajes de teatro y como decorador de abanicos. Luego se hizo conocido como el productor y diseñador de espectaculares ballets y pantomimas, especialmente "Vercingétorix" en 1900, en el recién construido Théâtre de l'Hippodrome en París. En 1905 fue contratado por la Gaumont para trabajar con Alice Guy en producciones cinematográficas como "Esméralda" (1905), basada en "Notre Dame de Paris" de Victor Hugo y "La Vida de Cristo" (1906).

Tras un corto período de trabajo para la Éclipse, Jasset fue contratado en 1908 por la nueva compañía productora Éclair para hacer una serie de películas sobre Nick Carter, el rey de los detectives. Luego viajó al norte de África para producir varias películas de ficción y documentales en Túnez. En el verano de 1910 regresó a París para convertirse en el "director artístico" del estudio, supervisando toda la producción de la compañía, así como su propia unidad de cine. En 1911 creó el personaje de Zigomar, un maestro criminal. Este largometraje tuvo tanto éxito que se preparó un segundo título, "Zigomar contre Nick Carter" (1912) y luego una tercera entrega. Jasset adaptó otras novelas populares como "Balaoo", de Gaston Leroux, en 1913, y en el mismo año "Protéa", una historia de espías.

En 1912 Jasset pasó de la fantasía y el espectáculo al realismo, al rodar una adaptación de Zola, como parte de la nueva serie de dramas sociales de Éclair. Para "Au pays des ténèbres", basada en "Germinal", llevó su equipo a Charleroi, en Bélgica, con objeto de filmar en lugares auténticos.

Jasset acababa de embarcarse en adaptaciones de dos novelas de Julio Verne cuando, en junio de 1913, enfermó gravemente. Ingresó al hospital para una operación que inicialmente parecía ser exitosa, pero después de una breve recuperación murió en París el 22 de junio de 1913, a los cincuenta y un años. Rodó más de cien películas, de las que, por desgracia, sólo han sobrevivido apenas una decena. Se dice que se obsesionaba tanto al filmar que no dormía. Fue el referente de autores como Feuillade, sobre todo respecto a los seriales de ambiente criminal.
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Comentario de la película por Eddie Constanti:

Drama minero que proviene de la novela "Germinal", de Zola y que supone la primera aproximación al cine de esta obra. Dos años más tarde, en 1913, Capellani filmaría el mismo argumento en la que pasa por ser una de sus mayores aportaciones al cine. Aquí, Jasset y su equipo se trasladaron a una mina abandonada para filmar este relato de amor y celos, a todas luces inferior en calidad respecto a la citada "Germinal", pero no por ello falto de alicientes.

Jasset sabe explotar el ambiente sombrío de la mina y extraer buenas interpretaciones del reparto, en un ambiente crispado por la tensión del trío protagonista. Las escenas pretendidamente "subterráneas" y el drama que se vive en ellas tras estallar la tragedia denotan la carestía de medios de la producción (estamos en 1911), pero han resistido con buen temple el paso del tiempo. La brevedad del mediometraje (34 minutos), tampoco permite extenderse mucho más allá en las intrincadas páginas de Zola. Mención aparte para la banda sonora que se ha añadido al filme, mezcla de sonidos metálicos y acordes dodecafónicos, que, a pesar de que en determinados pasajes de la trama "encajan" bien con ella, en general, o bien nos crispan los nervios directamente o uno se levanta del sofá y elimina el sonido. Es una opción.