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Edición USA.
Curiosa y diversas las diferentes ediciones que tenemos de esta película, de ahí que me parecía interesante compartir este trabajo, con el añadido que la película y su director son una debilidad.
En España la edición en DVD y el Bluray han sido editadas por Tripictures y si bien la calidad de imagen es buena, han vuelto a tener la "habilidad" de no disponer de la mejor edición que nos viene desde USA. En 2007 salía al mercado una edición HDDVD editada en Francia por Pathe/Studio Canal con la peculiaridad que si bien la versión cinematográfica viene con un AR=2.35, este HDDVD lo hacía en un 1.77 claramente enfocado para los televisores.
Aunque es muy habitual esas paletas "con halo hepático" en las ediciones en DVD, entiendo que es una acierto corregirlas y ajustarlas a tonalidades más reales, y más en una película como esta donde la gran variedad de escenarios ha de propiciar tonos y colores muy realistas, algo que "clava" literalmente la imagen USA. Estamos en un ambiente invernal, por lo que si es posible la imagen ha de ofrecer tonalidades frias y no "caribeñas"...
Audio VO y doblaje en un 5.1. Puesto que la edición USA no trae doblaje en castellano, he sincronizado el doblaje de la edición castiza..
Premios
2001: Premios del Cine Europeo: 3 nominaciones Premio del Público
El director Jean Jacques Annaud relata con pericia una historia intimista dentro del fragor de la batalla, sin desaprovechar los elementos del género bélico, que nos hacen disfrutar de un grandioso espectáculo. Lo hace partiendo de un duelo como eje central, del enfrentamiento entre dos hombres en una guerra silenciosa que saca a la luz contrastes y extremos de aquello que representan sus respectivos bandos. Todo con un sabor agradabilísimo a western clásico. Con inteligencia y maniqueísmo asumido se pone la mira telescópica sobre lo bueno y lo malo, lo justificable y lo atroz. No hay equívocos a la hora de señalar lo absurdo de cualquier guerra o los espurios fines de cualquier signo de propaganda. Desde los polos contrarios de los francotiradores, Annaud tensa la acción dramática e introduce magistralmente, en el continuo acecho, en cada trampa, un suspense que lleva a contener el aire y, más tarde, a respirar a tumba abierta. La emoción impregna todo el film y de ella se revisten el acontecimiento histórico y las vidas entrecruzadas de sus personajes: “Hemos cogido un acontecimiento histórico e intentado comprender lo que ocurrió en el corazón de las personas que lo vivieron”, afirma el director francés. Un terreno propicio donde sacar a flote valores como la amistad y el amor, éste un poco con calzador. Luego está la fabulosa aportación técnica y artística, el equilibrio en el ritmo del film, los planos sobrecogedores y sugerentes (¡qué maravillosos ojos!) y un casting extraordinario en el que Jude Law está a la altura de las circunstancias y Ed Harris, impagable.
Recrear la batalla
Con un presupuesto de cerca de 20.000 millones de pesetas Enemigo a las puertas es la película más cara del cine europeo hasta el momento. El director francés, Jean Jacques Annaud, ya experto en manejar altos presupuestos en sus films (El nombre de la rosa, En busca del fuego) no dudó en tirar la casa por la ventana para recrear el sitio de Estalingrado. En Alemania del Este reconstruyeron la Plaza Roja (no confundir con la de Moscú) con su famosa fuente, donde tiene lugar uno de los momentos mágicos del film.
Para estas escenas se requirieron siete cámaras, numerosas detonaciones explosivas, tanques y cientos de figurantes. Además, los actores principales recibieron entrenamiento militar exhaustivo. También se hicieron 17.000 uniformes y se construyó una red eléctrica ex profeso para el rodaje.
Spoiler
Los periódicos rusos ya habían hecho famoso el nombre de Vassili Zaitsev. En tan sólo diez días había matado cerca de cuarenta alemanes. Los corresponsales, saboreando la noticia, escribieron sobre su asombrosa habilidad para derrotar enemigos con una sola bala. Zaitsev había aprendido a disparar cazando ciervos en los bosques de los alrededores de Elininski, en las estribaciones de los montes Urales, donde se encontraba su hogar. Pastor durante los veranos, Vassili, a la edad de quince años, fue a la Escuela Técnica de Magnitogorsk. El 20 de Septiembre de 1942, un ya barbado Zaitsev llegó a Estalingrado con la 284 División. Ahora era un héroe nacional y su fama se extendió hasta regiones inhóspitas por lo que los alemanes tomaron un interés inusual por él.
El Coronel de las SS Heinz Thorwald fue enviado de Berlín a Estalingrado con el urgente propósito de eliminar a los principales francotiradores soviéticos, especialmente a Vassily Zaitsev, a quien la propaganda soviética había hecho célebre. Los soviéticos estaban advertidos de la misión de Thorwald por medio de un prisionero. Al igual que Zaitsev, Thorwald hizo primero un cuidadoso estudio del terreno y de sus víctimas antes de intentar matarles. Cuando dos francotiradores soviéticos fueron asesinados con un único disparo de rifle cada uno, Zaitsev inició su particular contraofensiva hacia Thorwald. El duelo duró varios días. Durante este tiempo, Thorwald disparó a un oficial político llamado Danilov, quien había “cubierto” a Zaitsev en el duelo según la propaganda soviética. (Danilov acompañaba a Zaitsev y, estúpidamente, le cedió su posición). Zaitsev finalmente alcanzó a Thorwald, ofreciendo a otro francotirador, su ayudante Zulikov, como cebo: Zulikov se colocó asomando su casco por encima de una pared, el cual Thorwald atravesó con una bala. Zulikov gritó como si hubiera sido herido. Thorwald cometió el fatal error de dejarse ver para confirmar la muerte y Zaitsev le disparó mortalmente.
Las siguientes líneas están tomadas de “Estalingrado, el cerco decisivo: 1942-1943”, de Antony Beevor.
La mira telescópica del rifle de sus víctimas, sin duda el más preciado trofeo de Zaitsev, aun se exhibe en el Museo de las Fuerzas Armadas de Moscú, pero la historia queda esencialmente poco convincente. Vale decir que no existe absolutamente ninguna mención de ella en informe alguno.*
*En efecto, toda la historia del duelo del francotirador es ficción. No hay absolutamente ningún rastro en los archivos militares alemanes o en los registros de las SS del oficial Heinz Thorwald.
Tampoco hay en absoluto ningún informe del duelo en los archivos del Ejército Rojo que se centraban en las actividades de los francotiradores (los informes diarios del Departamento Político del Frente de Estalingrado a Moscú). Esta gran historia puede ser clasificada como propaganda soviética.
Otros francotiradores en Estalingrado.
Vasiliy Zaitsev 2ª Guerra Mundial Ruso 400 muertes.
(149 muertes en la batalla de Estalingrado, algunas fuentes dicen que disparó a 232 soldados alemanes en Estalingrado).
Un francotirador que lograra cuarenta muertes recibiría el “premio al valor” y el “Nobel para francotiradores”.
La mejor marca precariamente identificó como autor a "Zikan" quien habría matado a 224 alemanes el 20 de Noviembre de 1942.
Al sargento Passar del 21 Ejército se le acreditan 103 muertes.
Kucherenko, un ucraniano, mató 19.
An Uzbek de la División de Tiro 169 mató cinco alemanes en tres días.
¡Anatoly Chekov mató 17 alemanes en dos días!.
Corporal Studentov mató 170 alemanes.
A “El Noble Francotirador” Ilin, un comisario de un regimiento de la Guardia de Tiro se le acreditaron 185 muertes.
El francotirador V. Kozlov siendo condecorado por su 30ª muerte.
La misma historia Zaitsev - Thorwald:
Las ruinas de Estalingrado fueron el entorno natural para los francotiradores. Cada ejército había reconocido a sus tiradores como campeones. Para los rusos, Vassili Zaitsev, el que fuera en un tiempo pastor, había perfeccionado su puntería cazando ciervos en las estribaciones de los Urales. En un periodo de diez días, había matado no menos de 40 alemanes y su fama se extendió hasta las líneas enemigas. Los alemanes se tomaron la revancha llevando a escena al coronel de las SS Heinz Thorwald, cabecilla de la Escuela de Francotiradores cerca de Berlín. Zaitsev pronto oyó hablar del devastador Thorwald y en un tenso ajuste de cuentas llevó a su homólogo a la muerte.
“La llegada del francotirador alemán nos supuso una nueva tarea”, escribió Zaitsev. “Teníamos que encontrarle, estudiar sus costumbres y métodos, y, pacientemente, esperar el momento para un único, y sólo un disparo certero”.
Durante dos días, Zaitsev acechó a su rival, tratando de localizar su paradero exacto. Al tercer día, Zaitsev estuvo acompañado en su búsqueda por un instructor político llamado Danilov. Ocultándose ambos tendidos en el suelo y observando atentamente a través de sus miras telescópicas, Danilov dijo de repente: “¡Ahí está ¡ ¡Le apunto!”. Zaitsev recordaba: “Apenas asomó cuidadosamente por encima del parapeto, durante un segundo literalmente, pero fue suficiente para que el alemán le alcanzase y le hiriese.”
“Durante mucho tiempo examiné las posiciones del enemigo, pero no pude detectar el lugar dónde se ocultaba. A la izquierda había un tanque, fuera de servicio, y a la derecha había un buzón. ¿Dónde estaba? ¿En el tanque? No, un francotirador con experiencia no tomaría posición ahí. ¿En el buzón quizás? No, tampoco. La abrazadera estaba cerrada. Entre el tanque y el buzón había un trozo de terreno elevado, formado por una lámina de hierro y una pequeña pila de ladrillos rotos, había estado ahí durante mucho tiempo y nos habíamos acostumbrado a su presencia. Me puse en lugar del enemigo y pensé, - ¿Cuál es el mejor sitio para un francotirador? Sólo había un sitio desde donde cortar el tiroteo, bajo la lámina de metal y entonces repté hacia ella durante la noche.”
Para comprobar su teoría, Zaitsev elevó una tablilla con una manopla sujeta en su extremo. Sonó un disparo y una bala impactó en la tablilla. “Ahora”, escribió Zaitsev, “venía la cuestión de hacer asomar siquiera una pequeña parte de su cabeza ante mi vista”. Antes de ésto, sin embargo, Zaitsev tenía que cambiar su posición, que había quedado claramente marcada por el alemán. Zaitsev y otro francotirador compañero suyo, Nikolai Kulikov, pasaron mucho tiempo durante la noche elaborando la estrategia hacia una nueva posición de ventaja. Al amanecer estaban preparados.
“El sol salió”, Zaitsev recordaba, “Habíamos decidido pasar la mañana esperando, ya que el sol habría revelado nuestras posiciones al reflejarse sobre las miras telescópicas. Después de comer nuestros rifles estarían a la sombra y el sol brillaría directamente sobre la posición del alemán. Algo brillaba en la superficie del metal: ¿un extraño trozo de cristal o, una mira telescópica? Kulikov, con el cuidado que sólo la experiencia puede dar, empezó a levantar su casco. El alemán disparó. Durante una fracción de segundo Kulikov se elevó y gritó. El alemán creyó que finalmente había alcanzado al francotirador soviético que había estado acechando durante cuatro días y medio asomó la cabeza desde debajo de la lámina de metal. Esto era con lo que yo había estado contando.
“Apunté cuidadosamente. La cabeza del alemán cayó hacia atrás y la mira telescópica de su rifle yacía sin movimiento, brillando con el sol del atardecer”. Fuentes rusas acreditan a Vassili Zaitsev 144 (¿232?) muertes de alemanes antes del fin de la batalla de Estalingrado. Entonces quedó ciego por la detonación de una mina.
