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Erotikon


General

Titulo original: Erotikon
Nacionalidad: Suecia
Año de producción: 1920
Género: Comedia

Otras personas

Director: Mauritz Stiller
Escritor: Ferenc Herczeg; Gustaf Molander; Arthur Nordén; Mauritz Stiller
Productor/Estudio: Svensk Filmindustri
Compositor:
Fotografia: Henrik Jaenzon

Funcionalidades

Duración: 106
Pistas de idioma: Muda
Idiomas de los subtítulos: Castellano
Modo de color: Blanco y negro
Fuente ripeo: DVD
Soporte: DivX
Tipo archivo: AVI
Calidad imagen: Muy buena
Peso: 1,4 Gb

Reparto

  • Anders de Wahl
  • Tora Teje
  • Karin Molander
  • Vilhelm Bryde
  • Lars Hanson
  • Torsten Hammarén
  • Carina Ari
  • Martin Oscar
  • Stina Berg
  • Vilhelm Berndtson

Sinopsis

La sobrina de Herr Charpentier, Damen Marthe ( Karin Molander ) ama en secreto a su tío y la esposa de Herr Charpentier, Damen Irene ( Tora Teje ) ama al barón Félix ( Vilhelm Bryde ), además el escultor Preben Wells, amigo de la familia ( Lars Hanson ) ama a Irene, pero éste es un amor no correspondido… y básicamente esta es la trama del filme “Erotikon”, realizada por el gran director sueco Herr Mauritz Stiller: un filme sobre amor e insectos.

Comentarios

Causó un gran impacto en su momento, por el tema desplegado en su trama, pero mucho menos que la posterior "Erotikon" de Gustav Machaty (1929), cuyo argumento no tiene ninguna coincidencia con ésta. De hecho, se trata de una comedia de costumbres perlada con diversas relaciones amorosas entrelazadas, filmada con la elegancia característica de Stiller y dotada de una dirección de actores sobresaliente.

El guion de la película lo firmó el también notable Gustav Molander y el propio Stiller. Procedía de una novela del húngaro Ferenc Herczeg y fue adaptada para la pantalla con pocos cambios. La comedia, sofisticada y hasta cierto punto subversiva para su época, nos relata las trayectorias paralelas de un aburrido entomólogo y su esposa, cuando sus destinos coinciden con los de un aviador mujeriego y otros personajes que se van introduciendo en el relato. Las escenas se solapan con una cadencia armónica y la cámara se desliza entre los leves y distintos conflictos como un testigo mudo que ve lo que ocurre, pero no juzga lo que está viendo.

Espléndida en su oferta de un relato entre adultos sin consideraciones hacia la moral reinante en las primeras décadas del siglo pasado, fresca, sincera y por ello veraz, es una de las obras cumbre de su autor y el mismo Lubitsch admitió que era la mejor película que había visto en su vida, algo que refrendó, años más tarde, Jean Renoir.