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"Fatal Footsteps", una de las películas más divertidas y satisfactorias de Charley Bowers, satiriza la locura del charlestón de los años veinte. Carece de los impresionantes efectos especiales y del surrealismo exagerado de su mejor trabajo, pero lo compensa con pura diversión. Charley siempre interpreta a un hombre monomaníaco, y esta vez su manía trata sobre su determinación de ganar un concurso de baile. Practica obsesivamente, trazando con tiza elaborados diagramas de baile en el suelo, pero su estilo se parece menos al charlestón que al baile de San Vito. Sólo con ver a este tipo, serio e incómodo, saltando a la manera de un frijol picante mejicano, despierta muchas risas. Hace que llueva yeso en la sala inferior de su casero y finalmente baila a través de la pared de su dormitorio del segundo piso.
Mientras se recupera de la caída, inventa un par de zapatos rellenos de resortes y engranajes que bailan solos (una imagen que presagia el número "Zapatos con alas", de Fred Astaire, en "Vuelve a mi lado", treinta años después). El jefe de una sociedad local que quiere acabar con los bailes inmorales, accidentalmente se pone los zapatos, se sube a la mesa y empieza a bailar descontrolado. Hay un baile excéntrico impresionante en el concurso, pero nadie puede vencer a Charley con sus zapatos mejorados. Mientras, la hija gorda del casero se enamora de Charley y lo que inicialmente parece una caracterización cruel se convierte en un dulce romance, uno de los pocos convincentes en una película de Bowers.
Un verdadero excéntrico, Charley Bowers siempre fue una figura marginal en la comedia silente y quedó completamente olvidado hasta la década de 1950, cuando un archivero de películas de Toulouse, que recopilaba películas antiguas de artistas gitanos itinerantes, encontró algunas bobinas etiquetadas simplemente como "Bricolo". Se necesitaron años para identificar a Bricolo como el apodo francés de Charley Bowers (una buena elección, ya que "bricolage" es algo que se combina con las probabilidades y los extremos, y "bricoleur" es alguien que hace trabajos ocasionales). Muchas de las comedias de Bowers tienen finales amargos y pesimistas, pero ésta es burbujeante como una copa de champán. Te hará sentir ganas de bailar.
