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Una vez en la exposición, ella decide echar un vistazo sin él y entonces Fatty comienza a perseguir a otra mujer, sin saber que tiene un marido muy celoso. Esta comedia de la Keystone no abunda en risas, pero mientras la vemos podemos imaginar que en 1915 realmente tuvo que causar sensación, porque dos de sus estrellas favoritas estaban en un lugar que la mayoría de la gente habría conocido. A lo largo del corto parece como si muchos de los extras fuesen personas anónimas, ya que miran constantemente a las estrellas, sonriendo y siguiendo todo lo que éstas hacen. Por desgracia, como ya hemos dicho, no hay demasiados gags dignos de destacar. Fatty cae y recibe alguna bofetada, nada más. Lo que sí queda claro es que entre él y Normand existía una excelente química, aunque este corto no sea de sus mejores trabajos. Y un dato para destacar: la aparición hacia el final de uno de los muchos imitadores de Chaplin de por entonces.
(Eddie Constanti)