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Figaro


General

Titulo original: Figaro
Nacionalidad: Francia
Año de producción: 1929
Género: Comedia

Otras personas

Director: Gaston Ravel; Tony Lekain
Escritor: Gaston Ravel; Tony Lekain; Beaumarchais
Productor/Estudio: Franco Films
Compositor:
Fotografia: Albert Duverger

Funcionalidades

Duración: 109
Pistas de idioma: Muda
Idiomas de los subtítulos: Castellano
Modo de color: Blanco y negro
Fuente ripeo: Web
Soporte: x264
Tipo archivo: MKV
Calidad imagen: Excelente
Peso: 2,1 Gb

Reparto

  • Ernst Van Duren
  • Arlette Marchal
  • Marie Bell
  • Léon Belières
  • José Davert
  • Tony D'Algy
  • Jean Weber
  • Odette Talazac
  • Genica Missirio
  • Roland Caillaux

Sinopsis

Basada en tres obras de Beaumarchais ("El barbero de Sevilla", "Las bodas de Fígaro" y "La madre culpable"), la película narra las aventuras de un pícaro e ingenioso barbero que ejerce en Sevilla, gracias al cual el conde Almaviva logra casarse con su adorada doña Rosina. Más tarde, el mismo Fígaro encontrará a su media naranja en Suzanne, sirvienta de la condesa.

Comentarios

Publicada por Arupa en CF-CL.

Dirigida por Gaston Ravel, con ayuda de Tony Lekain, "Figaro" tiene indudables virtudes pero también aspectos no demasiado brillantes. Su primera parte denota la filmación en estudio, lo que provoca una sensación algo claustrofóbica. Ese patio andaluz donde el conde Almaviva tira los tejos a su amada huele a cartón pintado desde lejos. Luego la acción se traslada a escenarios naturales (castillo de Rochefort-sur-Yvelines) y gana en interés.

Abunda el humor y los lances picarescos; y el tramo final está teñido de un fuerte acento dramático, aspecto bien resuelto por Ravel. Los actores, en general, están correctos, a excepción del Fígaro protagonista, encarnado en la figura del bailarín Ernst Van Duren, un tanto grotescamente maquillado en ojos y labios, que a menudo se pasa de rosca queriendo aportar simpatía y agilidad a su personaje (moriría al año siguiente, por ingestión masiva de barbitúricos). Los interiores del castillo están bien fotografiados y proporcionan algunos de los mejores momentos de la historia.

Sin ser una obra redonda, se deja ver y nos ofrece la oportunidad de contemplar cómo era, a ojos de un extranjero (francés en este caso), la realidad española en esa época. Hemos visto auténticas barbaridades al respecto.

Eddie Constanti