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Amo a las divas italianas; el primer ciclo que trajimos aquí, con fifole, estuvo dedicado a esas damas. Si Francesca Bertini fue la más carnal de todas y Pina Menichelli la más sofisticada, Lyda Borelli fue, sin duda, la más sufridora, algo que nos demuestra el guión de esta película recientemente rescatada por la EYE holandesa.
Es una trama repleta de los argumentos más tópicos del melodrama: hospicios, mujeres celosas, galanes casposos, jóvenes adoptadas por condes y un final especialmente retorcido (que no daremos aquí), mientras la partitura para cello y bajo ataca furiosamente una canción sacra (lo único sacro que tiene el guión, ya que ese "bosque" del título no aparece por ningún lado). Y a todo esto, la Borelli sufre a más no sufrir y le caen todas las desgracias posibles, pero ella mantiene su triste sino con ojos llorosos y elegancia natural.
Dirigió el asunto el renombrado Carmine Gallone, especialista en dramones y retratos históricos, quien luego completaría su filmografía ya en el sonoro. Venid a verla, muchachos. Sólo por ese truculento final, ya vale la pena.
(Eddie Constanti)