Sinopsis
"Fragmentos da vida" se inicia en una obra; se construye un edificio y allí sufre una caída el padre del protagonista, un niño de apenas diez años. Antes de morir, ese obrero recomienda a su hijo andar siempre por el camino recto y trabajar para dignificarse como persona. Como suele suceder en muchos casos, el hijo, ya mayor (que interpreta dos personajes --es también el obrero--), no sólo no quiere trabajar sino que se convierte en un pequeño malhechor de cortos vuelos, tramposo, timador y ladronzuelo, que en invierno prefiere cometer algún delito para pasarlo en la cárcel, donde no hace tanto frío y dan de comer gratis. El joven no tiene un mal fondo, como se puede comprobar en la secuencia que ayuda, aunque sin proponérselo, a una hermosa chica, pero se acomoda a vivir al fresco y comparte correrías con su compinche, otro caco de medio pelo. Esas correrías y charlas entre ambos configuran el grueso de la trama, con episodios tan graciosos como el de la comida gratis en el restaurante.
La técnica de Medina, todo hay que decirlo, no rompió ningún molde: cámara fija muy a menudo, algún conato de travelling y poca cosa más. Tendremos que valorar, pues, el intento de crítica social que se nos ofrece y, sobre todo, la paradoja de ese bribonzuelo que trata de ir a la cárcel y nunca lo consigue. El final ya es otra cosa...