Comentarios
Ya os advertimos que la copia no es de las mejores que hemos traído aquí, pero antes de que se pudra en nuestra videoteca, la dejamos a vuestra consideración.
Melodrama duro filmado en el mar, con la ira entre padre e hijo como telón de fondo. No falta un conato de motín, como cualquier película "de barcos" que se precie, pero el problema está en el guión, demasiado encorsetado a temas metafísicos y religiosos para nuestro gusto. Black Pawl cree que Dios no existe, pero la vida le enseñará a encontrarlo donde menos se espera. Las escenas de a bordo están bien resueltas y la relación entre personajes tiene fuerza y sustancia.
El cura que acompaña a la joven de la discordia no es de los muy empalagosos que vemos en otras películas similares. Se limita a dejar que cada peón de la historia descubra su propio infierno, sin lanzar soflamas redentoristas. Russell Simpson está acertado en su papel (con su cara como único aditamento, saca adelante el rol encomendado). La parte final redime en cierta medida la morosidad narrativa de secuencias anteriores. Creo, en definitiva, que es una película que se puede ver sin demasiada fatiga.
(Eddie Constanti)