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He Done His Best ofrece sólo una muestra modesta de los asombrosos efectos animados que Bowers ideó para sus clásicos de primer nivel, pero el propio Charley es más simpático en esta película. Incluso los fans admitirán que la personalidad de Bowers en la pantalla puede ser desagradable. Por lo general, interpretaba a un "tecno-geek" socialmente incómodo, como diríamos hoy en día, más interesado en sus extrañas máquinas e invenciones que en cualquier otra cosa. Igual que Larry Semon, Bowers generalmente parece un fenómeno, un personaje de dibujos animados, en vez de un ser humano con el que podemos relacionarnos. Aquí, sin embargo, Charley es inusualmente comprensivo: sus acciones son tan extrañas como siempre, pero está motivado por el deseo de conquistar a la chica de sus sueños. Para casarse con ella, primero debe obtener el permiso de su padre, un restaurador. Pero el padre malinterpreta las intenciones de Charley y lo pone a trabajar como lavaplatos en su restaurante.
Los otros empleados descubren que Charley es un trabajador no sindicalizado y se marchan enojados (una divertida sátira social), lo que obliga a Charley a convertirse en un miembro del personal. Cuando un percance inesperado destruye prácticamente el lugar, Charley promete a su jefe que lo reconstruirá mejor que nunca. La comedia realmente despega en la segunda mitad, cuando echamos un vistazo al restaurante recién reformado. Dado que éste es un corto de Charley Bowers, no es de extrañar que renovase el restaurante como un establecimiento completamente automatizado, con un elaborado sistema de tubos diseñados para transportar la comida a cada mesa.
Hay una gran serie de gags animados que corresponden a la preparación de alimentos (la sopa de ostras y los trocitos de hachís son los aspectos más destacados) que son Bowers puros: ninguna otra comedia de cualquier otro director presentaba secuencias tan elaboradas e intrincadas. Al final, las cosas no le salen tan bien a nuestro héroe, pero al menos sentimos su dolor. En cuanto a la historia, He Done His Best está a la altura de su título y aunque puede que no sea la mejor de las obras supervivientes de Charley Bowers, es una comedia divertida y poco convencional que ofrece una buena muestra de lo que este cineasta tan idiosincrásico podría lograr en su mejor momento.
