Sinopsis
"Helen of Four Gates" fue una novela popular de una chica de clase trabajadora de Lancashire Mill, Ethel Carnie, quien escribió bajo su nombre de casada, Holdsworth. Autora feminista de poesía y de periodismo, basados en sus experiencias de la vida fabril, escribió varias novelas de las cuales ésta fue la más popular. El entorno rural y el trato trágico de una mujer intachable a merced de los hombres llevaron a comparaciones inevitables con "Tess de los d'Urbevilles" y "Cumbres Borrascosas" y la novela vendió diez mil copias. No es de extrañar que Cecil Hepworth eligiera esta propiedad literaria para adaptarla a la pantalla, aunque también pudo haber sido a petición de Blanche MacIntosh, quien escribió el guión.
La novela fue particularmente adecuada para la inclinación de Hepworth por lo pintoresco británico, y el rodaje y la composición son los puntos más apreciados de la película. Las escenas en las cimas de las colinas son impresionantes, compuestas con líneas del horizonte que se alejan en un enfoque profundo, en la mejor tradición de la fotografía victoriana. Aparte de la belleza de los escenarios y de la fotografía, la película se siente un poco pasada de moda debido al inusual estilo de edición de Hepworth, que no siguió los estándares aceptados de la gramática cinematográfica.
La continuidad se estropea ocasionalmente por la negativa de Hepworth a interrumpir la acción. Por ejemplo, en la escena final, Fielding Day es golpeado por el peón de la granja, pero un corte para mostrar la reacción de Helen interrumpe su caída de modo que queda temporalmente, por así decirlo, suspendido en el aire. Igualmente débil es la dirección del elenco de Hepworth, a pesar de los excelentes esfuerzos de Alma Taylor y particularmente de James Carew. A veces los intérpretes se quedan vacilantes y recurren a una manera melodramática de actuar. Los intertítulos están escritos en el dialecto de West Yorkshire, que refleja el estilo de la novela y le da a la película un fuerte sentido de lugar. Se filmó en lq zona donde se desarrolla la novela, Heptonstall, cerca de Hebden Bridge. Cuando la empresa de Hepworth se declaró en quiebra en 1924, sus negativos e impresiones originales se fundieron para recuperar su contenido plateado y se cree que muchas de sus películas se han perdido para siempre. Durante mucho tiempo se pensó que "Helen of Four Gates" era una de ellas, pero recientemente se encontró una impresión en la colección de la Cinemateca Québecoise y a partir de ahí el archivo nacional del BFI adquirió una copia.
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Drama tremebundo, cruel, difícilmente soportable; historia que deja a los relatos de Dickens como cuentos para monjas de clausura. A la pobre protagonista, Helen, niña adoptada por un loco y malvado individuo, le cae el gordo en la lotería del sufrimiento: la maldicen, la golpean, la flagelan, le impiden casarse con quien ella quiere y, en cambio, la obligan a desposarse con un viejo aún más salvaje que su padre adoptivo, la menosprecian, ¡la arañan!...
y me quedo corto con el calvario que debe sufrir.
Los intérpretes se adaptan tan bien al guión que a veces nos parece que en la vida real ya eran así de despreciables. El padre tiene constantemente una sonrisilla sádica en los labios y su amigo, el "novio" viejo, cuando da una orden a alguno de sus trabajadores lanza el puño para incrustarlo en la cara de aquéllos. Naturalmente, llega un punto en que el espectador "pasa" de tanta exposición de agonías y se toma el argumento un poco a la ligera esperando, eso sí, el instante final en que cada cerdo reciba su sanmartín.
La realización no tiene demasiadas complicaciones, los escenarios son funcionales y el ritmo no se pierde en ningún momento. En definitiva, a quien le guste sufrir a gusto en una película, éste es su destino.
