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Esta película de cuatro rollos de Bauer sigue el destino de María, que de pobre pequeña costurera se convierte en un monstruo de egoísmo y codicia. Falta parte del prólogo de la película, que nos mostraba la infancia de María. Si bien la película no está tan lograda como otras de Bauer, es fascinante en muchos sentidos. Con el primer plano de Elena Smirnova mirando soñadoramente, a través de la ventana, la gran ciudad a sus pies, logra hacernos sentir las esperanzas y la melancolía de la joven. Su transformación en mujer mundana mimada y vanidosa es relativamente rápida y no del todo convincente. La cámara se mueve de manera notable durante una noche en un cabaret con un sorprendente travelling. Bauer también usa las sobreimpresiones para hacernos entrar en los pensamientos de sus personajes. Ningún efecto es gratuito. Así como el uso increíblemente hábil de telas o cortinas que dividen el espacio, revelando otra parte de la acción. El final es extremadamente feroz, mostrando el cuerpo de Viktor (que se ha suicidado) en los escalones de la casa de María. Pasa por encima de su cuerpo sin mostrar mucha emoción. Una vez más, la actuación es notable y la composición de las imágenes muestra la maestría de Bauer.
