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Continuación de "La trata de blancas", también dirigida por August Blom. En este caso la "víctima" es Clara Wieth, una de las principales figuras femeninas danesas de esa época, que retomó su apellido de soltera (Pontoppidan) al separarse de su marido (Carlo Wieth).
Hay algunas ligeras diferencias en la trama respecto a la primera parte: tenemos a dos grupos de villanos; la joven es secuestrada mientras va a casa de su tía y no engañada por una oferta de trabajo falsa; el caballero "salvador" es un conocido reciente, no un amigo de la infancia, lo que puede sugerir que la heroína de esta película es de una clase ligeramente superior a la de "Den hvide slavehandel"; pero las tramas de las dos películas son casi idénticas. Sin embargo, ésta está mucho más hábilmente construida: varias secuencias están bellamente filmadas, Clara Wieth es una heroína mucho más alegre, los esclavistas son más brutales y aterradores y el clímax de la azotea es considerablemente más emocionante que la pelea a bordo al final de la primera película. Esta película también contiene una llamada telefónica de pantalla dividida en tres paneles, pero esta vez Edith, el tema de la conversación entre los esclavistas en los paneles laterales, se ve en el panel central.
(Eddie Constanti)