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Incidente en Ox-Bow


General

Titulo original: The Ox-Bow Incident
Nacionalidad: Estados Unidos
Año de producción: 1942
Género: Western

Otras personas

Director: William A. Wellman
Escritor: Lamar Trotti; Walter Van Tilburg Clark
Productor/Estudio: 20th Century Fox
Compositor: Cyril J. Mockridge
Fotografia: Arthur Miller

Funcionalidades

Duración: 75
Pistas de idioma: Castellano; Inglés
Idiomas de los subtítulos: Castellano
Modo de color: Blanco y negro
Fuente ripeo: BD
Soporte: x264
Tipo archivo: MKV
Calidad imagen: Excelente
Peso: 4,4 Gb

Reparto

  • Henry Fonda
  • Dana Andrews
  • Mary Beth Hughes
  • Anthony Quinn
  • William Eythe
  • Henry Morgan
  • Jane Darwell
  • Frank Conroy

Sinopsis

Nevada, 1885. Gil Carter (Henry Fonda) llega a una pequeña población del oeste en busca de su antigua novia, una mujer de dudosa reputación. Le acompaña su amigo Art (Harry Morgan). La inesperada noticia del asesinato de un conocido ranchero provoca que, ante la ausencia del sheriff, se forme un grupo de linchamiento del que tanto Gil como Art formarán parte.

Comentarios

Premios
1943: Nominada al Oscar: Mejor película
1943: National Board of Review: Mejor película
1943: Círculo de críticos de Nueva York: Nominada a Mejor Director

Parece un truco de magia: empiezas con la boca abierta y los ojos cerrados y terminas con la boca cerrada y los ojos muy, muy abiertos. El truco lo hace un tal William Wellman que se saca todo un conejo bíblico de un viejo sombrero de western, sirviéndose de un guión espectacular y unos actores que parecen haber nacido para estar ahí, en en ese lugar, en ese momento, en el apocalíptico cruce de caminos que atraviesa de corazón a corazón la inmensa extensión de este valle de lágrimas.

"Incidente en Ox Bow" es, más que un filme, una necesaria puesta a punto de nuestro concepto de lo humano, un puñetazo de ética limpia y elemental en las narices de la conciencia. Construida de la misma manera que una parábola bíblica -puro tejido simbólico bajo la apariencia de una historia real-, sustenta su capacidad de impacto en tres recursos principales: una iluminación cuasi divina, un fuera de campo de los que hacen historia y la más concentrada expresión de la duda moral en el músculo tenso de la mejilla de Henry Fonda (ese que dice Servadac).

Como la mayoría de grandes películas, deja muchas preguntas en el aire, pero sobre todo, nos hace cuestionarnos qué es peor, si un asesino o un cobarde. El exceso o el defecto. Y mientras tanto, un cine tan bueno que no parece de este mundo.