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India, Matri Bhumi


General

Titulo original: India, Matri Bhumi
Nacionalidad: Italia
Año de producción: 1959
Género: Documental

Otras personas

Director: Roberto Rossellini
Escritor: Roberto Rossellini; Fereydoun Hoveyda; Sonali Senroy DasGupta
Productor/Estudio: Aniene Film; UGC Images
Compositor: Philippe Arthuys
Fotografia: Aldo Tonti

Funcionalidades

Duración: 91
Pistas de idioma: Italiano
Idiomas de los subtítulos: Castellano
Modo de color: Color
Fuente ripeo: BD
Soporte: x264
Tipo archivo: MKV
Calidad imagen: Muy buena
Peso: 1,5 Gb

Sinopsis

India es el primero de casi una decena de documentales que rodará Rosellini hasta su muerte. Jean-Luc Godard ubica a "India" a la altura de "Que Viva México" (Eisenstein), "Tabú" (Murnau) y el poco frecuentado "It's All True" (Welles). El film es una gran obra sobre la integración entre el hombre y la naturaleza donde, a partir de una realidad documental, propone diversos modelos de ficción.

Comentarios

“Cuando llegué a la India, me acompañaba un guía que me servía de intérprete para hablar con la gente. Pero, aunque yo no entendía una pañabra de lo que me decían, pronto me di cuenta de que no era en absoluto lo que el guía explicaba, porque éste tenía miedo de decepcionarme si no me contaba los tópicos sobre la India que los occidentales están acostumbrados a oír y que no tienen nada que ver con su realidad. Entonces, ¿para qué quería a un traductor que no traducía lo que me contaban? Así que prescindí de él y proseguí el viaje sin guía. En la India la dificultad del idioma es enorme, porque aparte de que en los pueblos no se habla más que las lenguas aborígenes, hay miles y miles de pueblecitos con dialectos distintos muchos de ellos. Una vez al llegar a uno de estos pueblos de dos o trescientos habitantes, completamente perdido en la frontera tibetana, todo el mundo había salido a recibirme por la curiosidad de ver a un europeo por aquellos parajes. Poco a poco comenzaron a acercarse, primero los niños y después también los mayores. Y para tratar de iniciar un diálogo, les decía mi nombre: «Yo Rossellini». Todos se echaron a reír. Muy extrañado, repetí: «Rossellini es mi nombre» y de nuevo grandes carcajadas. Se reían porque en su dialecto todos los nombres acabados en «ini» son femeninos. Después de largo tiempo de tratar en vano de establecer un diálogo con ellos, se acercó un viejo, que había estado observando de lejos toda la escena, y empezó a hablarme lentamente, como se hace con los niños, repitiéndome algunas palabras en sánscrito. Aquel hombre había pensado que puesto que era latino (me preocupaba mucho de que no me tomaran por inglés para no despertar suspicacias), debía de tener alguna idea de latín y las raíces sánscritas son las mismas raíces de las palabras latinas. De esta forma, recordando el latín que había aprendido en la escuela, conseguí identificar algunas palabras muy simples y al cabo de varias horas de charla habíamos establecido un pequeño vocabulario que nos permitía mantener una conversación elemental. Esta fue una de mis primeras experiencias en la India y me dio una perspectiva muy importante sobre la cultura de estos pueblos habitualmente considerados como incultos e ignorantes. En este caso, ¿quién era más culto, aquel viejo que nunca había salido de su pueblo o yo? Evidentemente, él era mucho más culto que yo, porque a pesar de sus escasos conocimientos técnicos o científicos era capaz de comprender el sentido de las cosas. Aquel hombre me acompañó luego y me sirvió de intérprete en mi viaje por los pueblos de la India”

Roberto Rossellini, 1970