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También disponible en DVD.
La fuente original es la edición en Blu-ray de Bach Films de 2019, que hasta donde yo sé, es la primera restauración en alta definción que se hace de esta película.
La restauración es bastante buena para un celuloide que seguramente no se conservaba muy bien, pero no es excelente, en particular, el suavizado que han hecho ha eliminado gran parte del grano. Es por esto que al recodificar con H265 el fichero se ha podido comprimir tanto, hasta unos 2-2.5 GiB por parte, de forma casi indistinguible al BDFULL original.
La segunda parte se produjo en 1946, sin embargo, la censura soviética, por deseo expreso de Stalin, retrasó su lanzamiento hasta 1958, 5 años después de la muerte de Stalin y 10 de la de Eisenstein. Es por esto que el premio de Cahiers du Cinema corresponde a la edición del año 1959.
El filme se concibió como una trilogía, pero tras la censura de la segunda parte, la producción de la tercera se detuvo, y Eisenstein murió antes de terminarla. El celuloide se destruyó (salvo unos 5 minutos que están disponibles en internet), no así el guión completo, que puede obtenerse por internet.
La película es en blanco y negro, pero contiene una escena de 16 minutos en la segunda parte rodada en color, por motivos que intuiréis.
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Epopeya monumental y excesiva a modo de coreografía de interpretaciones y gestos exagerados, recargada puesta en escena, planificadísima fotografía de Tisse (en color y en B/N), abarrotada decoración, montaje al ritmo de la música de Prokofiev (tan colosal como el resto de elementos)... Un festín que se puede atragantar si no aguantas el abigarramiento exacerbado del que usa y abusa (y que es, creo, su principal virtud). Pero como pieza puramente artística (vayamos un poco más allá de la perspectiva pacata de cine-entretenimiento-veracidad-historia que me haga pasar una tardecita chachi piruli) es incontestable.
Clima absorbente, símbolos introducidos para definirnos, de manera cada vez más grotesca, la psicología del personaje y sus delirios mesiánicos de grandeza, la traición de los boyardos, la paranoia, la desconfianza enfermiza y separación con el resto del mundo. Un auténtico descenso a los infiernos de una mente desquiciada y castigada. Desde esta perspectiva encuentra acomodo la pasadísima interpretación de Nikolai Cherkassov (con los demonios íntimos bien marcados en sus muecas) y unos interiores que son más una representación del personaje que la construcción realista de un espacio.
A Stalin no le gustó nada esta 2ª parte al encontrar similitudes entre este Iván (creo que IV), su oprichniki y las purgas stalinianas. Además la debilidad y vulnerabilidad del zar tampoco agradó demasiado, ya que no se ensalzaba la figura del tirano como en la 1ª parte. La película fue prohibida en la U.R.S.S. y se estrenó con Eisenstein ya fallecido.
Eisenstein consideraba el montaje algo fundamental en el cine. Por ello solía saturar las escenas de planos y cortes a veces innecesarios (por muy espectaculares que fueran no encajan muchas veces con la concepción narrativa comúnmente aceptada. Por ejemplo: es a veces redundante mostrándonos personajes en varios cortes sin mover la cámara de sitio). Creo que en esta segunda parte se vuelve más plácido en ese sentido, aunque el resultado sigue siendo igualmente crispado.
