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Disponible en menor calidad en castellano y coreano.
Premios
2001: Festival de Berlín: Sección oficial de largometrajes
Joint Security Area construye durante sus primeros minutos y entorno a la muerte de dos soldados norcoreanos un thriller de cauce dramático que Park Chan-wook conduce con mano maestra manejando a la perfección una de las principales herramientas de la película, el «flashback», así como distribuyendo la información para que el espectador se vea inmerso sin mayor dificultad en un relato que va girando sus tornas a medida que transcurren los minutos.
Así, el relato de una oficial que será destinada a realizar una investigación que implica al presunto responsable de esas muertes y a dos partícipes, derivará de lo que bien podría ser un thriller de tintes políticos a una cinta que encuentra en sus mimbres dramáticos una baza capital. Para ello, apoya su peso en momentos de mayor cariz cómico que encuentran en secuencias como la de la frontera o en esas baterías perfectamente engarzadas y montadas un refuerzo para restar peso dramático al conjunto y lograr un acercamiento mucho más humano tanto a sus personajes como motivaciones. Tampoco faltan momentos tragicómicos (como esa conversación del ayudante norcoreano con el surcoreano tras su primera visita a la caseta) que terminan por realzar ese lirismo tan habitual del cine de Park Chan-wook.
Narrada mediante largos «flashback» cuya disposición incluso sorprende por los momentos en los que el coreano decide incrustarlos, sus anclajes en ese sentido también resultan particularmente eficientes, logrando mantener en pantalla una intensidad que se percibe en esos primeros compases en los que Chan-wook sabe concebir una extraña intriga, y se intensifica de modo soberbio cuando el relato que atañe a sus protagonistas arranca en realidad dejando atrás un tramo inicial que, sin embargo, nunca es entendido como una mera comparsa debido a la información que va ofreciendo sobre una situación que parece agravar a priori una condición realmente delicada debido al escenario en el que se disponen esos hechos, y que más tarde servirá para entretejer con mayor solidez una relación concebida del modo más casual posible.
Con una realización que ya empezaba a mostrar los típicos tics del cine de Park Chan-wook, y que encuentra en ralentís y el empleo de una curiosa banda sonora (quizá no tan atinada como en sus posteriores trabajos debido a la visible falta de medios) la síntesis de un cine tan particular como poético, Joint Security Area supone más que un canto a la amistad un canto al humanismo en un entorno que pese a ser afín para armar un relato de esas características no aprovecha sus bazas para sensibilizar al espectador, sino más bien todo lo contrario: conduce con honestidad y cercanía una historia mayúscula en la que los sentimientos (Lee atacando a la oficial tras la secuencia del suicidio frustrado) forman la más importante de sus virtudes en una de esas joyas difícilmente repetibles que iniciaban el periplo (aunque anteriormente Chan-wook ya había dirigido dos films) de uno de esos cineastas que se ha convertido, con derecho propio, en uno de los grandes talentos a seguir que ojalá nos siga regalando trabajos tan emotivos y preciosos como esta Joint Security Area.