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Kean, el comediante


General

Titulo original: Kean
Nacionalidad: Francia
Año de producción: 1924
Género: Drama

Otras personas

Director: Alexandre Volkoff
Escritor: Kenelm Foss; Ivan Mozzhukhin; Alexandre Volkoff; Alejandro Dumas padre
Productor/Estudio: Films Albatros
Compositor:
Fotografia: Fédote Bourgasoff; Ivan Mozzhukhin; Jean-Louis Mundviller

Funcionalidades

Duración: 141
Pistas de idioma: Muda
Idiomas de los subtítulos: Castellano
Modo de color: Blanco y negro
Fuente ripeo: DVD
Soporte: x264
Tipo archivo: MKV
Calidad imagen: Muy buena
Peso: 1,5 Gb

Reparto

  • Ivan Mozzhukhin
  • Nathalie Lissenko
  • Pauline Po
  • Otto Detlefsen
  • Mary Odette
  • Kenelm Foss
  • Nicolas Koline
  • Georges Deneubourg
  • Albert Bras

Sinopsis

Film sobre la vida del actor inglés de principios del siglo XIX, Edmund Kean, especializado en Shakespeare.

Comentarios

Edmund Kean (1787-1833) fue uno de los mejores actores que ha dado la escena británica, a la altura de la posterior Sarah Bernhardt, por ejemplo. Rebelde, caprichoso, excéntrico, locamente genial o viceversa, tuteaba a los reyes y se reía de los políticos. El público no iba a ver a Otelo, Hamlet o Romeo, sino a Kean, interpretase lo que viniera a cuento. El populacho se traía la comida al gallinero del teatro y se extasiaba contemplando a su ídolo (y éste incluso mantenía "apartes" con ellos). Cuando él aparecía, el tiempo se paraba y los aplausos inundaban el local. Era Dios entre los hombres.

Para personificar a una figura de estas características se necesitaba a un actor cuya vida personal se acercara en muchos de sus aspectos a Kean. ¿Y quién sino Mosjoukine podría ser el más indicado? Por tanto, asistiremos a un festival Mosjoukine interpretando a Kean, con todos sus tics, sus manías, sus defectos y sus virtudes. La puesta en escena, los trazos vitales del artista, los añadidos que se incluyen, alejados de la realidad que se nos cuenta, todo está al servicio de un Mosjoukine que diríamos que aquí realiza el papel de su vida, si no fuese porque ha llenado tantas páginas gloriosas del cine que se hace difícil distinguir entre una u otra.

Dirigió el habitual Alexandre Volkoff y la figura femenina la ocupó la sensible Nathalie Lissenko. Los tres formaban parte de la troupe que emigró de Rusia tras la Revolución. La historia nos prende desde el primer instante y no importa que dure 146 minutos. Podrían ser cinco horas y allí estaríamos, frente a la pantalla, embobados con el caudal de imágenes barrocas, de amoríos desafortunados y de andanzas entre bastidores que se nos ofrece. En este sentido, cabe destacar entre tantas maravillas la extensa secuencia final de la agonía. Pocos actores la hubiesen sabido sacar adelante con tal maestría. Éste que os escribe ha llorado con ella, aunque en cuestiones de sensibilidades, no se puede personalizar.

Espectáculo con mayúsculas, nos llega con la versión restaurada. Me permito dedicársela al amigo monge, que en su día, allá por su años de juventud, la pudo ver en nueve milímetros, abreviada por la Pathé-Baby. Va por ti, colega. Y por vosotros, por supuesto.