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Considerablemente fallida (en mi opinión), "Kill Bill" tiene lo peor de Tarantino y casi nada de lo bueno de este gran director. Todos los personajes son planos, vacíos y efectistas, sorprendente cuando el talentoso Quentin compuso en sus tres films anteriores caracteres tan inolvidables como complejos. Que "Kill Bill" sea un homenaje a las películas de acción asiáticas no significa que no se pueda dar algo de profundidad a sus personajes. Tampoco hay ni rastro de sus chispeantes diálogos a los que, viniendo de quien vienen, se los puede acusar con la peor de las críticas: "los podría haber escrito cualquier mocoso de Hollywood". El "toque Tarantino" aparece esporádicamente (la llegada de la hija de Vivica A. Fox, o la escena del "dedo gordo"), pero en absoluto con la fuerza con la que este tipo de hallazgos deslumbraron en el pasado hasta convertirse en un adjetivo. Y en cuanto a la virguera dirección, aclamada como un ejercicio de estilo, tan sólo es brillante a ratos (excelente la entrada de Lucy Liu y sus secuaces al local de baile con travelling a ritmo de la música), tontamente violenta (imperdonable por ser QT el único director al que todo el público le comprendió y "perdonó" su excesiva violencia en sus otros films) y con escenas de luchas de espadas que en modo alguno superan a las de "Zatoichi" o "Hero", por poner sólo dos ejemplos de películas de la cartelera actual. Tras ver a la sexy Uma (lo mejor del film) repartiendo venganza a golpe de Katana en esta primera parte, mucho me temo que las posibilidades de que Bill quede con vida sean tan improbables como que nos sorprenda, en el volumen 2, el director al que más pedimos que nos sorprenda. Una pena.