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La historia no es nueva y entronca directamente con "Pigmalión": el maestro que convierte a una joven del arroyo en una distinguida muchacha de la alta sociedad, para ver que luego ésta se decanta por los favores de un galán que la deslumbra. Aquí, el dúo Zecca-Leprince convierte al maestro en compositor y a la florista en danzarina (una vez más interpretada por Stacia Napierkowska).
La película se mueve con elegancia por escenarios y ambientes lujosos, en contraste con la tristeza y miseria del piso de Signoski, que se hunde irremisiblemente sin el hálito vital de su crisálida convertida en mariposa. Pero ésta tampoco se muestra muy feliz con su nueva vida de abundancia y aspira a ser algo más que la mantenida del vizconde, lo que desencadena su particular problema.
Gabriel Signoret, que da vida a la figura de Signoski, fue un actor que trabajó muchas veces a las órdenes de Zecca y Leprince y también para Feuillade ("Le nöel du Poilu", por ejemplo). Su actuación es correcta y se ve reforzada por las imágenes superpuestas de Stacia que cree ver en las pesadillas de su soledad. En suma, una cinta bien realizada y con ajustados tintes melodramáticos.
Eddie Constanti