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Sin ser tan redonda como "Qui?", esta X Negra es entretenida y tiene la rara virtud de permitir que, al final, los maleantes queden lejos del alcance policial. Es más, Perret, en la conclusión, añade este comentario: "La esquiva X Negra seguiría, por mucho tiempo, escapando a la justicia de los hombres". Eso es tomar partido y el resto, tonterías.
El personaje central, cuando actúa como ladrón, lleva una vestimenta enternecedoramente ridícula: una especie de mono de trabajo blanco, con capuchón cuadrangular y una X enorme en el centro del mismo. El guión nos sumerge en las huestes de la crem de la crem y los escenarios son lujosos y recargados. Los ayudantes de la X Negra más bien parecen una pandilla de robamonederos del metro y el fascineroso principal no demuestra, la verdad sea dicha, mucha maña en su "oficio".
Una obra menor, si se quiere, de Léonce Perret, pero que se ve sin fatiga y que mucho nos tememos que no nos ha llegado en su totalidad.
Eddie Constanti