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La Dolce Vita


General

Titulo original: La Dolce Vita
Nacionalidad: Italia
Año de producción: 1960
Género: Drama

Otras personas

Director: Federico Fellini
Escritor: Federico Fellini; Ennio Flaiano; Tullio Pinelli; Brunello Rondi
Productor/Estudio: Pathé Cinéma; Riama Film
Compositor: Nino Rota
Fotografia: Otello Martelli

Funcionalidades

Duración: 174
Pistas de idioma: Castellano; Italiano
Idiomas de los subtítulos: Castellano
Modo de color: Blanco y negro
Fuente ripeo: BD
Soporte: x264
Tipo archivo: MKV
Calidad imagen: Excelente
Peso: 4,8 Gb

Reparto

  • Marcello Mastroianni
  • Anita Ekberg
  • Anouk Aimée
  • Yvonne Furneaux
  • Alain Cuny
  • Nadia Gray
  • Annibale Ninchi
  • Margali Noel
  • Lex Barker
  • Jacques Sernas

Sinopsis

Carente de una estructura tradicional en su trama, el filme presenta una serie de noches y mañanas a lo largo de la Via Veneto en Roma, vistas desde los ojos de su personaje principal, un reportero de sociales llamado Marcello (interpretado por Marcello Mastroianni). Marcello es un hombre que no está comprometido con nada, como lo demuestran sus relaciones con su simple y celosa amante Emma (Yvonne Furneaux), con una sofisticada mujer (Anouk Aimée) con la cual tiene una relación temporal, y una espectacular actriz americana de nombre Silvia (Anita Ekberg) a la cual sigue mientras ésta vaga en Roma (incluyendo la notable escena de su baño nocturno en la Fontana de Trevi) y con una multitud de otros personajes que habitan en Via Veneto. Marcello quiere dejar su trabajo como columnista de chismes para convertirse en novelista, pero parece que nunca es capaz de concentrarse lo suficiente para hacer algún progreso en sus escritos.
En la famosa primera escena del filme, Marcello está en un helicóptero para llevar al Vaticano una estatua de Jesús. En el camino, el helicóptero se para para observar a un grupo de mujeres que están tomando el sol en una azotea. Marcello pregunta a las mujeres por su número telefónico y éstas le preguntan hacia dónde lleva la estatua. El ruidoso motor del helicóptero evita el mutuo entendimiento. Este tema de la falta de comunicación se vuelve a tocar a lo largo del filme.
Entre los episodios más famosos de La Dolce Vita están la gran escena goyesca del falso milagro, donde dos niños mienten acerca de una supuesta aparición de la Virgen en las afueras de Roma, en donde se ve una multitud inmensa, y el episodio de Steiner (interpretado por Alain Curry), un amigo intelectual de Marcello con una vida familiar perfecta, quien termina asesinando a sus hijos y cometiendo suicidio. Tras la muerte de Steiner, Marcello se adentra en una vida sin sentido de orgías, el final es simbólico, hace mención al tema de la incomunicación, y a la decisión final de Marcello, terminando con una clara interrogación dirigida al espectador.

Comentarios

En otro archivo Que Grande es el Cine, de José Luis Garci. Programa 267. Presentación y coloquio.
Fecha de emisión: 23-julio-2001. Invitados: Juan Cobos, Antonio Martínez Sarrión y Juan A. Gómez Angulo.

La imagen presenta una luminosidad alta en todo el metraje. Así, los negros no son lo intensos que se esperaría y las tonalidades grises son más abundantes. Se aprecia un efecto de DNR en la imagen que le otorga a la misma un aspecto de "encerado", consecuencia de la remasterización realizada, en este caso por The Film Foundation de Martin Scorsese.

Premios
1960: Festival de Cannes: Palma de Oro mejor película
1960: Premios BAFTA: Nominada a mejor película
1961: Oscar: Mejor vestuario (B&N). 4 nominaciones, incluyendo director y guión
1961: Círculo de Críticos de Nueva York: Mejor película extranjera
1961: National Board of Review: Top mejores películas extranjeras
1959: Premios David di Donatello: Mejor director

Uno de los grandes clásicos de Fellini. Película sombría y cáustica, siempre me había parecido excesiva, tan recargada que el resultado final quedaba mermado a pesar de ser indiscutiblemente buena.

En el último visionado (hace unos cinco días) he cambiado de opinión. Me fascina como siempre pero esta vez no hay cansancio, sigo pensando que sobran minutos, lo que quiere decir queda claro y algún momento es redundante pero esta vez el metraje no se resintió (incluso el que me parece superfluo por reiterativo) y todo tiene la misma fuerza. De todas formas quizás la próxima vez diga lo contrario, esto con Fellini es normal.

Por lo demás esta peli la conocemos todos: cine profundamente moral, dividido en episodios sin un argumento férreo (sucesión de fiestas y encuentros diversos en la noche romana) y con momentos de gran potencia visual (Anita Ekberg en la fontana de trevi es ya una imagen antológica). Un cine alejado del neorrealismo y ácidamente subjetivo, Fellini molestó creando un mundo propio, reflejo de la realidad pero reflejo personal al fin y al cabo (esto importunó a los defensores del realismo crudo como única forma de cine humanista y eficaz). Es decir, aparecen bellísimas composiciones y se explotan las imágenes buscando la fascinación estética en la forma de situaciones que son mordazmente criticadas en el fondo. Esto hoy está superado y parece absurda la controversia pero cuando se rodó la cinta provocó airadas reacciones en contra.

Nos retrata la decadencia, perversión y frivolidad de una sofisticada pero corrompida aristocracia, la banalidad del star system y, desde luego, los parásitos que les rodean, esos periodistas y paparazzis que les hacen el juego o mendigan fotografías e historias sensacionalistas con las que alimentarse (no sigo enumerando, Betomovies ya ha citado en su crítica los aspectos fundamentales). También nos habla de religión y la iglesia en uno de los episodios más flojitos en mi opinión (ahí da la sensación de que se desvía y de que empieza a querer abarcar demasiado). En definitiva, retrato de una anestesia existencial, intelectual y moral en la que el protagonista también caerá incapaz de vencer su propia crisis superado por la duda de si tiene talento para desarrollar una actividad creativa como escritor, o conformarse con la más agradecida labor periodística que realiza. Indefinición que se refleja también en su vida de pareja: por un lado es un conquistador empedernido pero por otro es incapaz de abandonar una relación estable que él mismo califica de “maternal”.

Todo ello mostrado con el estilo caricaturesco habitual, deformando la realidad para hacernos partícipes de lo que cuenta. El estilo realista de sus primeros films aún no ha desaparecido pero el mundo subjetivo y simbólico posterior ya se nos anticipa, más contenido y por ello, para mi gusto, más efectivo (no acabas agotado por el barroquismo de otras ocasiones).

La película fue prohibida en España por la censura, debido a que el periódico del Vaticano, L'Osservatore Romano, la calificó de obscena. No se estrenó en España hasta 1980.

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Roma, años 60. Marcello Rubini (Marcello Mastroianni) es un periodista del corazón inmerso en la vida nocturna romana y en el artificioso mundo de la burguesía y los personajes del show business, como la actriz Sylvia (Anita Ekberg).

En esta ocasión su original capacidad de imaginería se une a una vítrea carga sarcástica contra gran parte de la sociedad romana de la época, siendo su esencial punto de mira la aristocracia y la gente del espectáculo contemplada bajo la cínica mirada de un vividor periodista del corazón representado con la habitual magnificencia interpretativa de Marcello Mastroianni.

Fellini estructura la película de forma episódica atrapando con ingenio al espectador (a pesar de su extenso metraje) en un artificioso y bacanal viaje por la noche de la capital italiana acompañando a Marcello Rubini en sus contactos cuasi irreales con un mundo noctámbulo.

Su universo está repleto de superficiales y vacuos juegos festivos que fenecidos por la aurora caen despojados de sus lujosos disfraces y desguarnecidos sin su agridulce carpa circense.

Establece con ironía un retrato de diversos aspectos sociales como la religión, el hedonismo, la familia, el sexo, la juventud, el amor o el dinero desde una perspectiva crítica y un humor satírico-perverso filmado con su habitual gusto por las escenas exuberantemente bulliciosas con iconografías simbólicas en un conjunto de hondo pesimismo existencial.

Con este film, Fellini demuestra que una película no necesita argumento en absoluto para convertirse en una obra maestra.
En conjunto es una película con una estructura brillante y muy regular y el ritmo no decae nunca gracias a la usual mezcla de Fellini entre fantasia y realidad. Todo el film esta plagado de escenas antológicas (como la de La Fontana Di Trevi) y merece una mención especial, para cualquier amante o aprendiz de cine, el excelente uso de la cámara de Fellini, uno de los directores técnicamente mas dotados de la historia.

En conclusión, es un film muy recomendable y uno de los mejores trabajos de este genial director y en general de la historia del cine, muy recomendable para cualquiera que le guste ver algo diferente a lo acostumbrado.