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Del Houdini escapista e ilusionista no hablaremos en este breve comentario. Fue el mejor en su cometido y sus logros aún no han sido igualados. En Wikipedia, por ejemplo, podéis encontrar páginas y más páginas dedicadas a él (e incluso oír su voz en una grabación). Del Houdini actor de cine, lo mejor que podemos decir es que Dios no le dio el don de la interpretación. En estas cinco películas suyas que os presentamos lo veréis deambular de aquí para allá con aire despistado y a menudo mirando al vacío como si no recordara la frase que le correspondía decir.
Houdini llegó ya bastante mayor al mundo de las películas (contaba cuarenta y cinco años) y como estrella de las variedades ya era conocido y admirado en todo el orbe. Pronto crearía su propia productora, pero a fin de cuentas el cine nunca representó una opción prioritaria para él. Lo que el público deseaba era verlo lleno de esposas, envuelto en una red de pescadores, echado al mar dentro de una caja hermética, inmovilizado en el suelo mientras un charco de ácido se dirigía hacia él, colgando por el cuello con un estanque lleno de cocodrilos a sus pies, etcétera. Y a fin de cuentas, eso fue lo que Houdini ofreció en sus filmes: un conjunto de situaciones límite al servicio de unos argumentos de más o menos intriga, en los que cada diez minutos el protagonista debía escapar de una silla eléctrica o de una soga de diez centímetros de ancho que rodeaba su cuerpo.
Nacido en Budapest y nacionalizado norteamericano, Erik Weisz (nombre verdadero), tuvo un final muy poco distinguido para una figura de su calibre. Murió de una peritonitis, agravada por los puñetazos que le propinó un estudiante en el apéndice inflamado, para comprobar si resistía los golpes como se afirmaba. Bienvenidos, pues, al universo sorpresivo y siempre fascinante del escapista por excelencia.
(Eddie Constanti)
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Cuando se habla de "melodrama" en los primeros intertítulos, no es porque sí. La trama involucra a un barco de perlas hundido, un submarino, un comerciante de los mares del Sur retenido como rehén para el retorno del ojo del ídolo, un sacrificio humano y una tribu muy peculiar de polinesios, en la que los hombres son todos afroamericanos y las mujeres son rubias y gordas. O tal vez sean melanesios... No creo que haya muchos antropólogos serios que hayan estudiado esta película.
Por supuesto, el público no iba a ver la película por semejantes detalles. Querían ver a Harry Houdini en algunos de sus números que desafían a la muerte. Bueno, pues ahí tenéis a Harry Houdini y la seguridad de que realizó sus propias acrobacias sin dobles. Aunque sí que tuvo un doble: Bob Rose, que posó por él en las fotos de lanzamiento. Después de todo, la producción no se podía retrasar.
Originalmente se trataba de una película de siete bobinas. Faltan dos. A pesar de todo, ahí está Houdini; y Lila Lee (que seguía cayendo en el agua, lista para rescatarla) y un villano Eugene Pallette, justo cuando comenzaba a engordar y se parecía al posterior Eugene Pallette.