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La Vía Láctea


General

Titulo original: La Voie Lactée
Nacionalidad: Francia
Año de producción: 1969
Género: Comedia

Otras personas

Director: Luis Buñuel
Escritor: Luis Buñuel; Jean-Claude Carrière
Productor/Estudio: Serge Silberman
Compositor:
Fotografia: Christian Matras

Funcionalidades

Duración: 102
Pistas de idioma: Castellano; Francés
Idiomas de los subtítulos: Castellano
Modo de color: Color
Fuente ripeo:
Soporte: x264
Tipo archivo: MKV
Calidad imagen: Muy buena
Peso: 1,9 Gb

Reparto

  • Paul Frankeur
  • Laurent Terzieff
  • Alain Cuny
  • Edith Scob
  • Michel Piccoli
  • Jean-Claude Carrière

Sinopsis

Dos peregrinos que atraviesan Francia y España a través del Camino de Santiago se encuentran con una serie de personajes y situaciones que discuten sobre las herejías.

Utilizando el surrealismo y la narrativa no lineal, Buñuel relata la historia de la herejía cristiana a partir de la época de los romanos.
A pesar de que se burla del catolicismo, algunos católicos consideran que es una significativa película. Esta ambigüedad respecto a la ideología de Buñuel puede provenir de su formación católica y de las diversas maneras en las que la Virgen se representa a lo largo de la película.

Comentarios

Cuenta Luis Buñuel que para preparar el rodaje de esta película hizo previamente un estudio profundo acerca de la historia de las herejías, estudio que se había iniciado hacía años con la lectura de “Historia de los heterodoxos españoles”, de Menéndez y Pelayo. A lo largo de ese periodo, el maestro y su fiel guionista y ocasional actor, Jean Claude Carrière, no pararían de reírse a carcajadas. Porque “La vía láctea” es, por encima de todo, una película de humor.

En realidad es la que quiso hacer siempre Buñuel. Por eso, él mismo se sorprende de que el productor aceptara pagarle una gamberrada y de que el público y la crítica la recibieran después de manera bastante entusiasta. En las anteriores, un cura atraviesa una escena, los personajes se encuentran en el interior de una iglesia, un sacerdote dice una misa, etc. En todas hay una pincelada de sátira sutil, casi en grado cero, de la iglesia católica y de sus ilustres representantes. No hace falta ponerle a un clérigo unas orejas de burro para que su aspecto de clérigo sea ya absurdo, anacrónico y ridículo. Por eso, en esta película los impostores son los protagonistas, empezando por los jefes y siguiendo por las divisiones inferiores.

Y no solo los ortodoxos, también los herejes, tan impostores como los primeros pero con la valentía al menos de plantar cara a los que mantienen el negocio.

Crítica, pues, de alto calado. En un restaurante todos hablan de Jesucristo. Camareros y clientes sostienen una refinada conversación sobre la naturaleza del hijo de dios. Si el hijo de dios se presenta de pronto y pide un pedazo de pan lo despedirían seguro porque sus ropas no son las correctas para estar en ese mismo restaurante. Buñuel conocía bien este tipo de hipocresías sociales: las había visto en el colegio en donde tuvo la desdicha de estudiar el bachillerato.

Todo este material en manos de un director sin talento resultaría, en todo caso, una broma privada de mayor o menor nivel. En sus manos, se convierte en una feroz diatriba, rebosante de humor y de inteligencia cinematográfica