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La bella de Moscú


General

Titulo original: Silk Stockings
Nacionalidad: Estados Unidos
Año de producción: 1957
Género: Musical

Otras personas

Director: Rouben Mamoulian
Escritor: Abe Burrows; Leonard Gershe; George S. Kaufman; Leueen MacGrath; Leonard Spigelgass
Productor/Estudio: Metro Goldwyn Mayer
Compositor: Cole Porter
Fotografia: Robert J. Bronner

Funcionalidades

Duración: 117
Pistas de idioma: Castellano; Inglés
Idiomas de los subtítulos:
Modo de color: Color
Fuente ripeo:
Soporte: DivX
Tipo archivo: AVI
Calidad imagen: Muy buena
Peso: 1,3 Gb

Reparto

  • Fred Astaire
  • Cyd Charisse
  • Janis Paige
  • Peter Lorre
  • Jules Munshin
  • George Tobias
  • Joseph Buloff
  • Wim Sonneveld

Sinopsis

Un compositor ruso que vive en París recibe el encargo de una productora norteamericana para que ponga música a una de sus películas. Remake en versión musical del clásico "Ninotchka".

Comentarios

Fred Astaire traspasó las todos los límites: al principio las productoras no lo querían; lo rechazaban por feo, flaco, y bastante mayor para lo que eran los galanes de los musicales. Al final le dejaron entrar por la puerta pequeña y se quedó hasta que ya no pudo más, con edad muy avanzada.

Bailó con muchas mujeres hermosas y hermosísimas: Ginger Rogers, Rita Hayworth, Audrey Hepburn, Ann Miller... y Cyd Charisse. En todos los casos, empiezas embobado con las chicas y terminas admirando a Fred, el amigo de toda la vida, el tipo pícaro y en el fondo bonachón y generoso que te demuestra a diario que se puede bailar como un hombre de la calle y hacer auténticos malabares con el cuerpo como si todo fuese natural, sin amaneramiento femenino, sin tortura física (aunque para conseguirlo él sí que se machacaba y machacaba a sus parejas con horas y horas de ensayos). Tras esa frescura nadie le siguió ni siquiera otros tipos geniales como Gene Kelly o Bob Fosse: ninguno como él para dar la sensación de que empiezas a caminar y terminas bailando para divertir a la gente y enamorar a las tías más guapas.

Y en esas que aparece Cyd con las piernas más impresionantes del show business y le puede.

Esta película redonda, divertida y con números musicales buenísimos tuvo muy mala prensa en su día. En plena guerra fría era asquerosamente antisoviética. Hoy resulta simpática su crítica, inofensiva, con aspectos risibles propios de cualquier régimen y sus funcionarios son muy divertidos: qué ocurrencia meter en esta juerga al temible Peter Lorre...

Pero, ya digo, lo más importante: disfrutar de las únicas piernas que lograron atrapar al bueno de Fred, y con las que él se dejó arrastrar alegremente.