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La bella y la barba


General

Titulo original: Shukujo To Hige
Nacionalidad: Japón
Año de producción: 1931
Género: Comedia

Otras personas

Director: Yasujirô Ozu
Escritor: Komatsu Kitamura; Yasujirô Ozu
Productor/Estudio: Shochiku Kinema Kenkyû-jo
Compositor:
Fotografia: Minoru Kuribayashi; Hideo Shigehara

Funcionalidades

Duración: 74
Pistas de idioma: Muda
Idiomas de los subtítulos: Castellano
Modo de color: Blanco y negro
Fuente ripeo: Web
Soporte: x264
Tipo archivo: MKV
Calidad imagen: Muy buena
Peso: 2,2 Gb

Reparto

  • Tokihiko Okada
  • Hiroko Kawasaki
  • Chouko Iida
  • Satoko Date
  • Ichirô Tsukida
  • Toshiko Iizuka
  • Mitsuko Yoshikawa

Sinopsis

La Señora y la Barba comienza como una comedia bulliciosa, vulgar, que poco a poco se adentra en la melancolía y el patetismo. "La barba" del título pertenece a Okajima, un maestro de espada kendo que no puede encontrar un trabajo en la época de la depresión en Japón. La barba se la afeita cuando “la bella" - una mecanógrafa que ha salvado de un atraco- le convence de que es un obstáculo para encontrar un trabajo. Incluso bien afeitado, él no puede huir de los problemas: la nueva mujer de su vida resulta ser un ladrón de joyas. La Señora y la Barba es fascinante por su "audacia sexual" y por su crítica total a la occidentalización y el nacionalismo japonés estrecho de miras.

Comentarios

Publicada por Caolin/Arupa en CF-CL

Esta excéntrica comedia de costumbres tiene un "cuadrángulo amoroso" centrado en un maestro del kendo (Tokihiko Okada), cuya defensa chovinista de la cultura japonesa se detiene cuando se enamora de una oficinista progresista (pero no demasiado). Entonces se afeita la barba (después de protestar memorablemente con frases como que "¡Todos los grandes hombres tienen barba!", incluidos Lincoln, Darwin y Marx), se viste con un traje occidental y aprende también las formas occidentales de cortejar a una mujer, atrayendo así a una arrogante aristócrata y a una gángster en el proceso.

Las tres mujeres, muy diferentes entre sí, parecen presentarse como tres respuestas femeninas a la modernización occidental de Japón; por ejemplo, la chica de la oficina es el ideal (como conocedora de las formas occidentales, aunque envuelta en un kimono). Las representaciones, a menudo hilarantes, de Ozu de los enredos románticos de Okada le deben mucho a Lubitsch, pero su sensibilidad frente a la disparidad cultural es únicamente suya.