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La historia es una de las obras más ligeras de Pushkin, un relato familiar esponjoso y divertido, pero con su habitual buen ojo para la psicología y el comportamiento humanos. Comienza con la joven Parasha y su novio oficial tratando de engañar a la madre de Parasha para que acepte al novio como el nuevo cocinero, y luego conduce a situaciones muy divertidas a partir de ahí. El humor es una buena combinación de lo absurdo y lo sutil y esta adaptación hace un trabajo impresionante al comunicarlo.
Ivan Mosjoukine parece disfrutar de su papel de oficial travestido y su actuación es muy entretenida y a menudo bastante ingeniosa. Sofya Goslavskaya es encantadora y atractiva como Parasha y también ofrece una interpretación reflexiva que contrasta muy bien con el estilo bullicioso de Mosjoukin, lo que los convierte en una buena combinación de trabajo. Praskovya Maksimova, como madre, tiene que interpretar el papel secundario durante la mayor parte de la película, pero también aprovecha sus oportunidades.
Es realmente difícil ver cómo se podría hacer una adaptación mucho mejor de esta historia incluso ahora, con todos los avances en técnicas y recursos cinematográficos aparecidos desde 1913. Para su época, es un trabajo maravilloso, una comedia agradable que se ha mantenido muy bien y una película que vale la pena tomarse el tiempo para verla.
