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Alfred Machin, cuyo verdadero nombre era Eugène Alfred Jean Baptiste Machin, trabajó para los hermanos Pathé desde 1907 hasta 1922, tras abandonar la cámara fotográfica. Sus trabajos para el periódico L'illustration, que desarrollaba desde hacía algún tiempo, atrajeron la atención de los hermanos por su audacia y atrevimiento, y pronto le encargaron una serie de documentales de caza, que, en busca de nuevos estilos cinematográficos, causaron sensación en el público de la época. Y no defraudó. Con riesgo de su vida conseguía emocionar a los espectadores. Después de rodar la caza del hipopótamo en el Nilo Azul, más concretamente en Sudán, en 1908, Machín se desplaza a Madagascar, en 1909, para rodar su segundo documental acerca de la caza, en este caso de la pantera, acompañado de un afamado cazador suizo, Adam David. Tras un paréntesis en Holanda, donde filma, en una tesitura documental a niños, quesos, peinados, paisajes, molinos... regresa a África en 1910, para continuar la temática emprendida dos años antes. Así, en sus documentales, vuelven a aparecer jirafas, elefantes, avestruces...
Machin también está en el origen de la cinematografía en Bélgica. Cumpliendo el encargo de los hermanos Pathé de establecer allí una sucursal bajo su dirección, funda, en la Chaussé de Gand, arteria principal de Bruselas, una especie de estudio de cristal, talleres y otras infraestructuras para artistas, así como un mini-zoo, donde acoger los animales exóticos, (osos, camellos, panteras...) que estarán presentes a lo largo de toda su carrera. Así, el año 1912 se convertiría en el del nacimiento oficial del cine belga, de la mano de Machin.
Incansable en su labor documental, fue movilizado durante la Primera Guerra Mundial formando parte del conjunto de cuatro operadores fundadores del Service cinématographique des Armées. En el frente realizó varios trabajos que luego fueron explotados por Pathé Frères. Probablemente, las imágenes de la cruenta batalla de Verdún sea su trabajo más notable. También filmó las imágenes de trincheras francesas que luego utilizaría David Wark Griffith en 1918, para su película Hearts of the World.
Después de la guerra, fundó su propio estudio en Niza como empresa familiar, contando con la colaboración, como actores, de su mujer, de uno de sus hijos y de un chimpacé, Auguste, que adoptó, y que, cautivado por su inteligencia, le hizo aprender numerosos trucos para luego formar parte de sus películas, que ya no eran exclusivamente documentales, añadiendo a su producción comedias animales
Pero no duró mucho la felicidad en el seno de este negocio. Apasionado de los animales, compatibilizaba sus labores de empresario y cineasta con la de domador. Durante un rodaje, una de sus panteras le hirió gravemente en el pecho, muriendo al poco de una embolia en 1929.
Su filmografía es muy extensa. Y aunque poco conocida, estamos ante un auténtico pionero francés. Como ejemplo de sus innovaciones, decir que fue de los primeros en utilizar las tomas aéreas en las películas.
