Comentarios
Dorothy Sayers, al contrario que Raymond Chandler, sostenía que un buen detective literario tenía que ser millonario para ser creíble. Así podía dedicarse a la investigación del caso sin ataduras de ningún tipo.
Esta comedia basada en una novela de Dashiell Hammett parece darle la razón a la dama del crimen. El protagonista está tan forrado que ni siquiera se dedica ya a sus otroras labores detectivescas. Pero como su encantadora mujer aún no le ha visto actuar le pica constantemente para que ponga en funcionamiento su materia gris.
La trama es buena sin más. Pero lo que hace verdaderamente notable y divertida a esta película es la relación del matrimonio de sabuesos. Sofisticación, cinismo, pullas, alguna escena que hoy en día sería incorrectísima, pero mucho amor sin moñadas. Eso sí, todo bañado en un mar de alcohol que dan ganas de volverla a ver con alguna copa de más. No me he fijado mucho, pero creo que en cada habitación por la que pasa William Powell se da un lingotazo.