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La "pequeña" chica del título aquí no es tan pequeña: se trata de Catherine Hessling, dando una actuación fascinante (para Renoir, aunque lógicamente cada uno tendrá su opinión al respecto), quien la filmó amorosamente con enfoques suave o con flou. La historia pasa, como ya sabemos por el cuento de Andersen, de tratar de vender fósforos para vivir a tratar de encenderlos para evitar el frío, con una nariz pegada como la de un niño a un restaurante y luego a la ventana de una tienda de juguetes, viviendo un sueño mientras se muere de frío en la nieve. Cuando se acaban las cerillas, la niña incluso puede protegerse de la nieve bajo una sola tabla. Renoir añade un movimiento de cámara elegante y establece trucos de imagen en la secuencia del sueño de la tienda de juguetes, como ella bailando en cámara lenta a través de redes y hermosas imágenes ahumadas, especialmente en la persecución que se establece entre la vida y la muerte por el cielo. A veces, todo el conjunto recuerda a un clip de vídeo pop sin sonido. El montador de la película debió pasárselo bien.
Aunque no dice tanto para la determinación humana como la "Pasión de Juana de Arco" del mismo año (¡cualquiera se atreve!), Renoir siempre ha encontrado la forma de hacer que cualquier cosa sea muy agradable, educativa y una lección saludable sobre cómo hacer arte, NO películas de arte.
