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Finísima disección de la aventura matrimonial la que nos propone Germaine Dulac, con su cámara siempre a punto para reflejar los pequeños detalles íntimos que configuran la relación entre hombre y mujer. Como ya hiciera en "La souriante madame Beudet", aunque aquí con matices mucho más humorísticos, Dulac sigue la peripecia de esos dos personajes bien definidos y entrañables, mezclando suave ironía con enternecedora comprensión por sus virtudes y debilidades. El demonio de los celos, en esta caso, es aceptable porque uno de los miembros del binomio está dispuesto a ceder su puesto al tercero en discordia, mucho más joven y vital, con tal que su esposa disfrute de la vida.
Los escenarios de filmacion son sugerentes y bucólicos. La interpretación es correctísima y esa inquietante momia que nos observa durante la trama parece contemplar el pequeño drama que la rodea con cierta ironía y la sapiencia que le da sus muchos años vividos. Inteligente y elegante historia, la copia está restaurada y conserva sus virados originales, aunque presenta pequeños defectos.