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La condición humana III: La plegaria del soldado


Personal

Valoración personal: 9 stars

General

Titulo original: Ningen no joken III
Nacionalidad: Japón
Año de producción: 1961
Género: Bélica

Otras personas

Director: Masaki Kobayashi
Escritor: Masaki Kobayashi; Zenzo Matsuyama; Koichi Inagaki; Jumpei Gomikawa
Productor/Estudio: Ninjin Club; Shochiku Kinema Kenkyû-jo
Compositor: Chuji Kinoshita
Fotografia: Yoshio Miyajima

Funcionalidades

Duración: 190
Pistas de idioma: Castellano; Japonés
Idiomas de los subtítulos: Castellano
Modo de color: Blanco y negro
Fuente ripeo:
Soporte: x264
Tipo archivo: MKV
Calidad imagen: Excelente
Peso: 9,0 Gb

Reparto

  • Tatsuya Nakadai
  • Michiyo Aratama
  • Yusuke Kawazu
  • Tamao Nakamura
  • Chishu Ryu
  • Taketoshi Naitô
  • Reiko Hitomi
  • Kyôko Kishida
  • Nobuo Kaneko
  • Fujio Suga
  • Keijiro Morozumi

Sinopsis

Tras ser derrotados por los rusos, Kaji y los pocos hombres de su unidad que han sobrevivido emprenden una larga marcha en un intento desesperado de llegar a territorio amigo. Tras sortear no pocas dificultades, Kaji se ve obligado a rendirse y es enviado a un campo de prisioneros en Siberia.

Comentarios

La última película de la trilogía "La condición humana" es quizá también la mejor. Kaji y lo que queda de su compañía emprenden un extenuante viaje hacia el sur, en el curso del cual se tendrán que enfrentar a los enemigos rusos y chinos, pero también a sus propios compatriotas, ya sean soldados desnortados por la derrota o civiles resentidos con el ejército. Como siempre, el viaje físico es también un viaje interior, en el curso del cual el desencanto del comunismo y la denuncia de la violencia y el orgullo japonés son solo parte del proceso mucho más amplio que experimenta su recto protagonista: la progresiva pérdida de fe en la naturaleza humana, incluida la suya propia. Finalmente, el único motor de su penosa existencia acabará siendo el deseo de reencontrarse con su esposa. Si la primera mitad se apoya en una estética arriesgada, marcada por los planos holandeses, los congelados y la voz en off, la segunda vuelve a un cierto clasicismo para subrayar el tono épico y dramático del relato. Un bello final cierra una de las más sólidas, profundas y emotivas muestras de humanismo cinematográfico, que por momentos coloca a su autor a la altura de Kurosawa, Renoir o Ray.