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Decía un crítico estadounidense: "Si un día tenemos una cinemateca, esta película de Albatros merecerá su lugar en ella. Cada película que proviene de ese asombroso falansterio [edificio habilitado para mucha gente] que es el estudio de Montreuil, lleva un sello individual de decoración. 'La dame masquée', que acabamos de ver, está marcada por un arte profundo hecho con aparente facilidad. ¡Con todo el talento que posee, monsieur Lochakov [decorador] ha construido y distribuido decorados puro art dèco de una estilización perfecta! [...] Los inmensos salones de diseño lineal en donde los blancos y los negros chocan sin medias tintas, la fría residencia de madame Doss, la árida casa de Hélène, la infeliz esposa, el bajo y banal piso de soltero del seductor, la rotonda del propietario Li, son igualmente atractivos para la vista."
Las huestes rusas recaladas en la Albatros volvieron a dar en el clavo y Tourjanski, de quien ya conocemos sus exquisiteces (véase "Miguel Strogoff", por ejemplo), nos convence, por si lo necesitáramos, de que fue un director como la copa de un pino. Los actores pocas veces estuvieron mejor (¡maravillosa Nathalie Kovanko!), los encuadres están cuidados al milímetro y la acción se desarrolla con una fuerza poderosa. La copia quizá sea un poco oscura, pero es la única que circula por la red. No os la perdáis. Es para disfrutar.
Eddie Constanti