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La destrucción de París


General

Titulo original: La cité foudroyée
Nacionalidad: Francia
Año de producción: 1924
Género: Ciencia Ficción

Otras personas

Director: Luitz-Morat
Escritor: Jean-Louis Bouquet
Productor/Estudio: Films de France
Compositor:
Fotografia: Frank Daniau-Johnston

Funcionalidades

Duración: 70
Pistas de idioma: Muda
Idiomas de los subtítulos: Castellano
Modo de color: Blanco y negro
Fuente ripeo: Web
Soporte: x264
Tipo archivo: MKV
Calidad imagen: Buena-Regular
Peso: 350 Mb

Reparto

  • Daniel Mendaille
  • Jane Maguenat
  • Armand Morins
  • Alexis Ghasne
  • Lucien Cazalis
  • Paul Journée
  • Simone Judic
  • Émilien Richard

Sinopsis

Richard Gallée, un joven científico, ha creado una invención que revolucionaría el uso y la aplicación de la electricidad. Sin embargo su invento es despreciado por la industria y nadie quiere aportar fondos para desarrollarlo. Al mismo tiempo, su prima debe escoger entre cuatro aspirantes a su mano, entre los cuales se encuentra Richard.

Comentarios

Curioso experimento cinematográfico que comienza con un relato romántico, sigue con una trama de misterio, entra de lleno en el género de la ciencia-ficción y termina con una sorpresa que aquí no vamos a desvelar, por supuesto. Con unos inicios algo titubeantes, luego cobra fuerza y alcanza momentos realmente apocalípticos, con escenas espectaculares, movimiento de masas y tintes imprevisibles.

Dirigió el productor un Luitz-Morat poco divulgado, pero que aquí demuestra buenos mimbres. La primera escena nos muestra la confesión de Gallée, afirmando que es el mayor criminal de todos los tiempos, ya que ha destruido una de las ciudades más importantes del mundo (París). Por tanto, con este punto tan prometedor, el interés prende inmediatamente en el espectador. Las imágenes de un París aterrorizado están bien realizadas y todo queda a expensas de ese final sorpresa que ya hemos citado más arriba.

Daniel Mandaille es un protagonista sobrio y convincente. Añadamos que Luitz-Morat utilizó escenas de incendios reales y diversas maquetas, entre ellas la de la torre Eiffel. El guión no hay duda que escapa a la media de las producciones de esa época y, en definitiva, son setenta minutos bien aprovechados.

Eddie Constanti