Comentarios
Stan Laurel (1890-1965) llegó a Hollywood siguiendo la huella de su compatriota, Chaplin. Empezó su andadura en 1917, hasta que Hal Roach, que tenía un ojo de lince, vio las posibilidades que reunían Laurel y Hardy y los hizo trabajar juntos. Así empezaba la historia de la pareja más popular del cine desde que es cine. Laurel era creativo hasta el mínimo detalle. Solía utilizar una técnica de caída de ojos, algo feminoide, que era una de sus señales de identidad.
Oliver Hardy (1892-1957) fue más "precoz" que su compañero: empezó con breves papeles en 1914. Su cara redondeada, de pastel, hizo que le apodaran "Babe". Con el tiempo lo encasillaron como el villano de la función; le pintaban gruesas cejas y barbas, como réplica al otro villano, Eric Campbell, de las películas de Chaplin. Lo suyo era mucho más puro slasptick -pastelazos, caídas desde un quinto piso y persecuciones sin límite.
-----------------------------------------------------
La historia es que Stan Laurel fue tan bueno en la primera mitad de su primera película juntos (que generalmente se dice que es "Frauds and Frenzies"), que Larry Semon, la estrella/director/productor de la división de comedia de la Vitagraph, lo despidió del set, para que la gente no se diese cuenta de lo bueno que era Stan y lo malo que era Semon. En realidad, Stan participó en tres comedias de Semon, en cada una de las cuales obtuvo papeles importantes. Saltó mucho en esos años, trabajando en media docena de estudios frente a la cámara, antes de retirarse detrás de la misma, donde parece que aprendió realmente su arte cinematográfico.
Pero ésta es una comedia de Semon sobre la disputa entre los Hatfield y los McCoy (camuflados). Fue un tema popular durante décadas y Larry Semon estaba a cargo de ella, por lo que se guardó los mejores gags; el mejor, en este caso, es uno que tiene que ver con una pipa de arcilla. Pero Semon no se había convertido en el ególatra cinematográfico que sería años más tarde, por lo que todavía dejaba espacio para los cómics secundarios, como Stan y Frank Alexander. Éste se quedaría con Semon durante otros seis años. Y para mostrar su generosidad, Semon le dio al oso la máxima calificación en el título. Lo que para Semon, fue una gran concesión.