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La influencia de la isla vecina (Tenerife) y la pasión por el séptimo arte llevaron a José González Rivero a crear su propia película sólo un año después de iniciar su productora. Así nació La hija del Mestre, película que constituye un auténtico hito en la historia del cine en Gran Canaria por ser la primera filmada en esta isla por profesionales y artistas isleños.
Con ayuda del artista Carlos Luis Monzón, González dirigió y escribió esta historia de marcado carácter costumbrista con una trama que se desarrollaba en la propia isla. Esto fue muy alabado en la prensa de la época, ya que a diferencia de ésta, la película de El ladrón de los guantes blancos trasladaba la situación de su argumento a Londres.
Las escenas se filmaron en varios puntos de Las Palmas de Gran Canaria, entre ellos el puerto de La Luz o la calle Mayor de Triana. Por su parte, el barrio de San Cristóbal se convirtió en el principal escenario de La hija del Mestre.
Fue rodada en blanco y negro y, al igual que el filme tinerfeño, incluyó algunos fotogramas en color, aunque esto no las convierte en las primeras películas realizadas a color de Canarias. Para los decorados contaron con otro artista, el pintor Néstor Martín-Fernández de la Torre, y para la fotografía acudieron al mencionado cineasta José González Rivero, quien se trasladó varias veces a Gran Canaria para colaborar.
Su estreno se llevó a cabo en el Royal Cinema de la capital grancanaria el 18 de mayo de 1928, un año después de iniciarse la filmación. Su éxito hizo que fuese proyectada en otros cines de la ciudad, destacando la exhibición con acompañamiento musical realizada en el Torrecine (27 de mayo).
(CINEMAp.)