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Durante la incómoda etapa de transición del silente al sonoro, Cecil B. DeMille filmó esta película en 1929, que ofrece matices muy duros, aunque los valores cristianos contra el ateísmo pueden parecer un poco discordantes para el público moderno.
Lina Basquette tiene el papel principal. Se trata de una película originalmente filmada como un silente pero con sonidos agregados antes del lanzamiento de la cinta. Es un drama íntimo, una historia de crímenes que involucra a estudiantes de secundaria, y no el tipo de película épica habitual por la que DeMille se hizo famoso, excepto por una secuencia de fuego culminante.
El tratamiento en el reformatorio es peor que la prisión promedio. Las cosas van de mal en peor cuando el brutal guardia, Noah Beery, se encarga personalmente de dos de los estudiantes varones que desobedecen las reglas. DeMille parece deleitarse mostrando el trato bestial. El héroe de la historia, Tom Keene, diseña un plan de fuga para que él y Lina puedan escapar de los tormentos del citado reformatorio.
El suspense crece durante la fuga y luego se nos ofrece un interludio más tranquilo, donde los dos jóvenes con diferentes creencias se enamoran. La acción se reanuda cuando los guardias los encuentran y los devuelven al reformatorio. Mientras ambos están incomunicados, un incendio accidental prepara el escenario para la conclusión, en la que el héroe tiene que rescatar a su amada.
En resumen, una de las mejores películas silentes de DeMille, precisamente porque se aleja de los postulados que tan bien definieron su trayectoria cinematográfica.