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Cuando empezó la Gran Guerra y Pathé cerró sus puertas, Albert Capellani se instaló en Estados Unidos hasta 1923, en que regresó a su país. Esta película, ahora rescatada de un archivo ruso y restaurada debidamente, nos llega en una copia espléndida y pertenece a la citada etapa americana de Capellani.
El trasfondo de la cinta incide en la falta de entendimiento entre orientales y occidentales, y el famoso poema de Kipling ("Oriente es Oriente...) se utiliza en varios momentos del filme. En él también se critica la diferencia entre razas y el papel de los europeos, que son capaces de adoctrinar a los orientales y darles cobijo, y sin embargo se niegan a dejar que un hijo suyo se case con una joven euroasiática. El entorno en que discurre la trama está bellamente fotografiado y sorprenden los grandes movimientos de masas manejadas por Capellani en las escenas filmadas durante el Año Nuevo chino, la fiesta del farolillo rojo.
La exótica Nazimova es Mahlee, la atormentada joven enamorada de un norteamericano. Su actuación es enternecedoramente teatral, un vendaval de gestos ampulosos que contrastan con el papel comedido de un Noah Beery que aquí repite su sempiterno papel de villano... pero esta vez chino. También asoma la nariz una jovencita de catorce años, llamada Anna May Wong, en su primera aparición en la pantalla. La historia está bien tramada y se permite momentos tragicómicos, como cuando Mahlee trata de cortarse los pies con un sable, por creer que su abuela no tendrá el reposo eterno si ella no lo hace.
Tenemos frente a nosotros la oportunidad de ver un título que se creía perdido y en una copia estupenda. Las películas "americanas" de Capellani no abundan y esto hay que aprovecharlo.
Eddie Constanti
