Comentarios
Si tras leer la sinopsis, uno tiene el día no demasiado bien dispuesto para disquisiciones metafísicas en la pantalla, hará bien en embarcarse en este proyecto sin más ambiciones que pasar el rato con imágenes llevadas con buen ritmo y con el objetivo primordial de gastar una hora sin complicaciones vitales. Por supuesto, la historia de un invento que convierta la noche en día ya nos predispone a ver una de esas tramas sin mucha enjundia científica pero con robos, persecuciones, unas gotas de romance y algo de intriga en su interior. Lo demás, verosimilitud, coherencia e incluso algún que otro fallo de raccord, queda en segundo término.
Dirigió la historieta el más tarde afamado director checo Karel Lamac, entonces en su etapa de galán, como lo demuestra reservándose el papel principal, acompañado por una lozana Anny Ondra de dieciocho años, en ese tiempo casada con el propio Lamac. Este dato, el de la aparición de Ondra, pondrá muy felices a más de uno que nosotros conocemos. La "chica de Londres" hitchcockiana tiene admiradores a montones (y a éste que os escribe no le causa ningún rubor admitir que es uno de ellos).
Con una copia de buena calidad y con la perspectiva de sesenta minutos que os pasarán en un suspiro, os dejamos esta muestra del buen cine checo en su etapa silente.