Comentarios
A caballo entre el relato costumbrista y con aires de una modesta Bohème, aunque sin los toqes trágicos de la ópera de Puccini, "L'Arpète" es una trama que camina sobre el alambre de la tragicomicidad y del romanticismo. Para encarnar a la Jacqueline de la historia, el director, Donatien, escogió a Lucienne Legrand, su compañera en la vida real, a quien ya hemos visto en este ciclo ("Simone", del mismo Donatien).
La historia está filmada dentro de la mayor economía de medios y de la más estricta funcionalidad, dejando que sean los actores quienes sostengan el guión con su mayor o menor dosis de histrionismo. No hay alardes técnicos ni una intriga que nos acongoje. Quien más, quien menos, todos intuimos cuál será el final del relato. Con todo, cabe destacar algún hallazgo aislado del director, como ese ramo de flores que dibuja el joven Jules, ya que no tiene dinero para comprar las auténticas.
Lucienne Legrand se esfuerza por dotar de humanidad a su personaje; parece darse cuenta de que, después de todo, la película parece estar escrita para su exclusivo lucimiento. Y el mismo Donatien se reserva un papelito episódico de cura que aporta uno de los momentos más cómicos de la cinta. Total: filme muy "francés" y divertimento moderado.
Eddie Constanti