Comentarios
Bueno, hay que decir que no es una "Nina Petrovna", ya que la pequeña productora cinematográfica Hegewald, con sede en Berlín, no podía reunir el brillo de la UFA, pero admito que éste es un muy buen silente de Weimar, con una historia que tal vez no sea demasiado original, pero que está muy bien escrita, interpretada y fotografiada. Evelyn Holt es particularmente conmovedora y el director, Wohlmuth, consigue que el ambiente rural recreado y las elegantes escenas de la ciudad sean correctas. Ciertamente vale la pena su redescubrimiento.
Hemos podido averiguar muy poco sobre esta película. Se realizó como una coproducción germano-austríaca en los estudios de Schönbrunn de Viena, en 1929/1930, aún como película silente. Sin embargo, como era habitual en ese momento, más tarde se agregó una banda sonora de música y efectos especiales. Al parecer, un príncipe ruso exiliado fue contratado como consultor artístico. La película se consideró perdida antes de que se encontrara una copia, en 2007, en un archivo ruso, junto con otros dos silentes de Wohlmuth.
La fuente es una excelente grabación de archivo digital con el logotipo y el contador habituales. Tened en cuenta que la banda sonora de 1930 probablemente no sobrevivió. La película se mostró en la Biennale, en 2010, con un moderno acompañamiento en vivo que, por "suerte" (permitidme esta licencia), no se incluye en esta copia. Corregí las interrupciones del código de tiempo en el disco original.