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Premios
2008: Premios del Cine Europeo: 2 nominaciones: premio del público y actor (Vogel)
2008: Festival de Sundance: Sección oficial World Cinema - Drama
2008: Festival Internacional de Estambul: Premio Especial del Jurado
2007: 2 Premios del cine Alemán: 3ª mejor película y actor secundario (Lau)
Dennis Gansel ya demostró en Napola que le interesan los jóvenes y la atracción que pueden ejercer en ellos las ideologías totalitarias. Éste es justamente el tema de La ola, aunque situado en un contexto contemporáneo en vez de nazi. La trama gira alrededor de Rainer Wenger, un carismático profesor de instituto que ansiaba dirigir un proyecto educativo en torno a la anarquía; un profesor se le ha adelantado, y debe conformarse con abordar en su clase la autarquía. Relacionándolo con el surgimiento de dictaduras, el fascismo y el nazismo, Wenger articula unas sesiones muy prácticas, en que presenta los elementos que explican su atractivo: espíritu de grupo, ideales comunes, ayuda mutua, uniformes y parafernalia exterior... Un día les pide que vengan todos con vaqueros y camisa blanca, o que diseñen un logo, o que... Los chicos empiezan a entusiasmarse con ese movimiento que denominan "La ola". Parece que ganan en autoestima y espíritu de iniciativa. Pero puede que dicha "ola" se transforme en "tsunami", un caldo de cultivo de actitudes violentas, abuso de poder y desprecio de las minorías.
Se puede decir que la trama de este film está mejor planteada que resuelta, es una pena que Ganser y Peter Thorwarth, que adaptan a la Alemania de hoy una novela de Todd Strasser -la acción del libro ocurre en Estados Unidos-, no hayan ideado un final más redondo. La idea tiene pegada y se presta al debate, y advierte no sólo de los peligros de determinadas ideologías, sino también del adocenamiento juvenil, que se aburre soberanamente con su droga, su alcohol, su sexo y sus fiestas, y que necesita algo más. También es sugerente el dibujo del profesor protagonista, que pierde el control del experimento, y que no toma todas las medidas necesarias para que las aguas vuelvan a su cauce, por pura vanidad; entre los personajes de los estudiantes, algunos interesan más que otros, y el destino que aguarda a alguno se ve venir. Gansel imprime a la narración un ritmo dinámico, muy "heavy", tanto en las actividades clandestinas de los chicos, como en esas clases que galvanizan al alumnado y en los partidos de waterpolo.