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La oscura alma de una mujer


General

Titulo original: Sumerki zhenskoi dushi
Nacionalidad: Rusia
Año de producción: 1913
Género: Melodrama

Otras personas

Director: Yevgeni Bauer
Escritor: V. Demert
Productor/Estudio: Aleksandr Khanzhonkov
Compositor:
Fotografia: Nikolai Kozlovsky

Funcionalidades

Duración: 48
Pistas de idioma: Muda
Idiomas de los subtítulos: Castellano
Modo de color: Blanco y negro
Fuente ripeo: DVD
Soporte: x264
Tipo archivo: MKV
Calidad imagen: Buena
Peso: 750 Mb

Reparto

  • Vera Chernova
  • A. Ugrjumov
  • V. Demert

Sinopsis

Narra la historia de una mujer hermosa, idealista y muy joven, quien desilusionada de la vanidad y vacío de su existencia, además de sus distracciones sociales tediosas, acepta de buena forma el consejo de su madre de hacer visitas de carácter caritativo con los pobres.

Comentarios

Yevgeni Bauer, "el mejor director del que nunca has oído hablar", como lo calificó un crítico.
Entre 1913 y 1917, año en que murió, dirigió unas 70 películas, de las cuales han sobrevivido 26.
El uso pictórico de la luz, los suntuosos decorados, los travellings, la profundidad de campo y las tomas largas son las principales marcas de su estilo. También es reseñable el tono irreal y casi fantasmagórico que consigue en muchas de sus películas.

Tras la revolución, su cine fue calificado de "burgués" y "decadente", algo que pertenecía al pasado, por lo que su nombre cayó en el olvido.
Solo tras la desaparición de la URSS, se han descubierto y revalorizado sus películas.
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Algunos coincidimos en que Bauer es el realizador ruso más importante de la época prerrevolucionaria. No sabemos hasta dónde podría haber llegado su obra si su vida hubiese sido más larga, pero en cinco años dirigió cerca de ochenta películas, muchas de las cuales son una referencia indudable en la cinematografía mundial. Por desgracia, falleció apenas con cincuenta años. Se rompió una pierna al caer por un barranco y tuvo que dirigir su última película, "El rey de París", en silla de ruedas. Terminó sus días por culpa de una neumonía, que le sobrevino tras el trauma citado.

No hay otro director ruso y casi universal que se acerque a la estética desplegada por Bauer en su filmografía. Obsesionado él mismo por la muerte, innovador incansable dentro de la naciente escritura cinematográfica, sus filmes están repletos de fantasmas del pasado y del olvido, de espectros terroríficos y a veces reivindicativos por los desafectos que sufrieron en vida, de una veneración enfermiza por la idea de la mortalidad y de una visión realista, incluso cruel, respecto a las relaciones humanas y en concreto a las que surgen entre hombre y mujer.

Su obra está plagada de hallazgos visuales insólitos para su época: aproximaciones de la cámara mientras se abre el plano, ángulos de filmación casi inverosímiles, pocas tomas exteriores (para sublimar los espacios interiores e integrarlos en el drama descrito por el guion. Años más tarde, Ozu fue un maestro en el arte de filmar objetos mudos del entorno; la diferencia con Bauer es que éste recargaba los decorados para integrarlos en la historia relatada, algo que luego hizo Visconti, quizá en exceso).

Pero ante todo, en el cine de Bauer reina un profundo sentimiento de pesimismo, como si el destino de los seres humanos estuviese inexcusablemente ligado al sino patético individual. En este sentido, vemos que los finales de sus películas rara vez son felices; Bauer parece complacerse con los personajes que acaban con su vida y corren a reunirse con el fantasma que les atormentaba, o bien quedan ciegos porque ya nada del mundo les interesa ver, o matan a su antagonista porque el sueño que alimentaban respecto a éste, se ha roto. No son finales acomodaticios, sino estrictamente ligados a la misma condición que comporta el ejercicio de vivir.

(Eddie Constanti)

Junto con las películas de Sjöström y Perret, es uno de los films más increíbles que he visto de principios de los años 10. Bauer posee una impresionante ciencia de la iluminación y una composición pictórica que sigue íntimamente los sentimientos de los personajes. Esta es la película más hermosa de 1913 que he visto junto con L'enfant de Paris e Ingeborg Holm. Me cuesta creer que una película tan refinada y sofisticada pueda haberse hecho en Rusia en 1913. Uno puede sentir la influencia del cine escandinavo y danés. Pero más allá de eso, Bauer logró captar el alma rusa tal como la podemos encontrar en Chekhov, Pushkin o Turgenev. La historia de Vera es la de una niña incomprendida por su madre que es violada por un estudiante miserable y alcohólico. Ella logra superar este trauma. Y cuando conoce al príncipe Dolski, ella le confiesa el crimen que cometió. No puede aceptar lo que le sucedió y Vera se va. Ella se convierte en actriz. Además de su asombrosa trama, la película ofrece una cinematografía de una belleza inaudita. Utiliza la profundidad de campo y contrasta los primeros planos en penumbra con los fondos brillantes. También elige mostrarnos una visión subjetiva de Vera vista desde arriba por Maxim que está a punto de saltar sobre su presa. Además, la actuación es absolutamente notable lejos de cualquier exceso teatral. Está contenida y transmite sus sentimientos íntimos a través de movimientos naturales. Los actores son totalmente modernos.