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Comedieta desangelada y poco vistosa, dirigida por un primerizo Anthony Asquith e interpretada por Paul Cavannaugh, actor que emigró a Canadá, participó en la Primera Guerra Mundial y luego estuvo en cerca de 130 películas, casi siempre como actor secundario. Por su parte, Asquith, años más tarde, tuvo sus problemas con el tristemente famoso caso Profumo.
La trama es bastante predecible y el final está cantado a los diez minutos de proyección. Asquith trata de aportar su sello personal con un par de travellings y alguna escena en contrapicado, pero el guión va languideciendo sin remedio, Hay, incluso, una subtrama de intriga que podría haber dado mayor interés, con la aparición de la banda de falsificadores, pero este posible aliciente también se desinfla como pompas de jabón. Y todo envuelto en ese frialdad que caracteriza a los productos británicos.
La copia está restaurada, pero tiene una imagen demasiado oscura para nuestro gusto.
(Eddie Constanti)