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Esta película de Yakov Protazanov es una excelente adaptación del cuento clásico de Pushkin, con una muy buena interpretación principal de Ivan Mosjoukine y una impresionante producción para ser de 1916. La historia se cuenta deliberadamente y con considerable detalle, para poder seguir los desarrollos y giros de la trama en sí. Todo el elenco es sólido, dando actuaciones cuidadosamente moderadas que funcionan bien, pero Mosjoukine se destaca como German. Utiliza sus ojos, rostro y gestos cuidadosos para comunicar mejor de lo que podrían haber hecho otros gestos más extravagantes. Incluso sus ocasionales momentos estilizados o exagerados todavía parecen encajar con el creciente deterioro de la mente de su personaje.
La fotografía, los flashbacks y los efectos visuales son bastante buenos para su época, y los efectos especiales están bien incorporados a la historia. Hay una secuencia muy imaginativa que utiliza un flashback y un corte de salto, en la escena en que German se enfrenta a la condesa en su habitación. La técnica ayuda a desarrollar el carácter de la vieja condesa y añade tensión adicional a esta escena crucial. La producción, en su conjunto. también es de buena calidad, con ambientaciones detalladas y buen aprovechamiento de los extras en las secuencias que se desarrollan en público. En ese momento, habría sido bastante difícil mejorar esta adaptación de la historia de Pushkin.
