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La tempestad


General

Titulo original: Tempest
Nacionalidad: Estados Unidos
Año de producción: 1928
Género: Drama

Otras personas

Director: Sam Taylor
Escritor: C. Gardner Sullivan
Productor/Estudio: United Artists
Compositor: Hugo Riesenfeld
Fotografia: Charles Rosher

Funcionalidades

Duración: 110
Pistas de idioma: Muda
Idiomas de los subtítulos: Castellano
Modo de color: Blanco y negro
Fuente ripeo: DVD
Soporte: DivX
Tipo archivo: MKV
Calidad imagen: Buena-Regular
Peso: 1,3 Gb

Reparto

  • John Barrymore
  • Camilla Horn
  • Viktor Tourjansky
  • Lewis Milestone
  • Sam Taylor
  • Louis Wolheim
  • Boris de Fast
  • George Fawcett
  • Ullrich Haupt

Sinopsis

En 1914, en la ciudad de Volinsk, un puesto militar cerca de la frontera austriaca, el soldado Ivan Markov (John Barrymore) es ascendido a sargento gracias a su esfuerzo personal. Ivan se enamora de la arrogante princesa Tamara (Camilla Horn), hija del comandante general (George Fawcett) de la guarnición.

Comentarios

Premios
1927: Oscar: Mejor dirección artística

La dirige Sam Taylor, realizador de alguno de los títulos más famosos de Harold Lloyd, con buen pulso y sabios espacios en blanco, cubiertos por miradas que lo dicen todo. El guapo Barrymore se permite ofrecernos un desnudo pectoral, como para demostrar que a pesar de ser una de sus últimas películas silentes, todavía estaba de buen ver. Además, no escatima ocasión para mostrarnos su perfecto perfil.
El argumento tiene su tela. Si la película está hecha por americanos, retrata la revolución rusa del catorce y ya desde el primer intertítulo se nos incluye una coletilla tal como ésta: "...la tempestad roja del terror", podéis imaginaros por dónde irán los tiros. Y si, a continuación, empieza a frecuentar la pantalla una especie de Rasputín, oráculo de la horda roja, más feo que un demonio, tratando de minar la moral del protagonista, tate que aquí habrá tomate. Los norteamericanos son muy suyos en este tipo de proezas fílmicas.
Un sargento ex campesino y una orgullosa princesa rusa se encuentra por azar, se pelean, se hostigan y enmedio de este festival de pasiones llega la revolución. Los rojos ganan la partida --de momento-- y montan inmediatamente unos juicios sumarísimos que ríanse ustedes de los de la liberté, legalité y fraternité. El comisario-Rasputín machaca con su sello (Dead) los nombres de los aristócratas que deben morir (que son prácticamente todos) y tal como pasan frente a la mesa del juicio, salen por una puerta de la izquierda, donde les espera una ametralladora y rat-at-at, al montón de cadáveres.
Naturalmente, cuando le llega al turno a la princesa, la cosa se complica, dado que entre el "jurado" se encuentra el teniente, que se ha pasado al bando de los rojos por circunstancias de la vida que ahora no vamos a detallar para no chafaros la trama. Digamos que algún corte debe haber al final, porque de repente el Barrymore y la Camilla (Horn), ya tienen un carruaje dispuesto, se besan y se van en busca de mejores vientos, dejando a rojos y blancos machacándose a conciencia y a su libre albedrío.
Supongo que tras este breve discurso habréis comprendido que la historia es todo lo maniquea que puede ser una película estadounidense supuestamente "histórica". Lo que pasa también, hay que decirlo, es que esa gente saben vender endiabladamente bien sus productos y los ciento cinco minutos de metraje se nos deslizan en un santiamén. Y además... ¡Barrymore era tan apuesto!
La copia está regular, pero se ve bien y es lo mejor que se ha podido conseguir. Y una curiosidad: se dice que Lewis Milestone ayudó a Taylor en la dirección. Y también aparece en un breve papel. ¿He dicho ya que Barrymore tenía un perfil exquisito? Vaya, pues sí.