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Delicioso serial-folletin, todo un hito en su época y que se engloba en la época dorada de ellos, compartida con otros como los franceses de Feuillade "Les Vampires, Judex, Fantomas...".
De los veinte episodios originales sólo sobreviven en la actualidad la versión acortada a 9, que es la ofrecida aquí.
Dispongamonos a ver como Pauline sortea todos los obstáculos que intentan impedir que herede una fortuna, y sorprendámonos al saber cómo el personaje malvado llamado originalmente "Raymong Owen", pasaría a causa de la Primera Guerra Mundial a llamarse "Koerner" en este montaje.
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Ante todo y que quede muy claro: no esperéis milagros de esta copia de "Los peligros de Paulina". Los restauradores recurrieron al único negativo que se conserva del serial y éste está francamente mal. Lo han limpiado hasta donde pudieron, pero hay episodios donde apenas se distinguen las figuras. Quedáis avisados.
¿Y qué decir de este serial? ¿Fue la respuesta americana al Fantomas de Feuillade? Quién sabe. Lo cierto es que Pearl White y sus andanzas crearon escuela, al menos en los países del otro lado del charco y que el espíritu de Pauline sigue vivo en facetas tan distintas como son los dibujos animados, las películas e incluso las canciones. Respecto a ello, os recomendamos que veáis la parte final del serial, donde se incluyen decenas de referencias a Pauline que se han dado en el cine, los cómics, la música y la literatura.
Al buen aficionado al cine le preguntamos: ¿alguien no relaciona a una joven atada sobre los rieles ferroviarios, a punto de ser atropellada por el tren que se acerca? Por supuesto, es Pauline, quien más tarde se librará de un foso con cocodrilos o será lanzada al mar dentro de una caja de madera. Y siempre saldrá con vida de cada embate, no os preocupéis. Mito entre los mitos, Pearl White se alza como la heroína de la pantalla que nos hace tener el alma en vilo durante veinte episodios (ahora son menos) y que ya ha pasado a la historia en nuestro imaginario. En espera de una versión más "visible" (lo tenemos difícil, pero nunca se sabe), acercaos a este incunable una vez más.
