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Maurice Stiller colaboró en la dirección de este melodrama ambientado en la Francia de la primera guerra mundial, aunque Rowland V. Lee la firmase en solitario.
Fue una revelación ver finalmente a Pola Negri en una de sus películas mudas. Sabía de su reputación como una buena actriz, pero sólo la vi en la última película estadounidense que hizo ("The Moon-Spinners", 1964) donde tenía un papel secundario. Aquí, es una granjera francesa maravillosa, cuyo odio hacia Clive Brook, un prisionero de guerra alemán en el campo construido en su granja, se derrite lentamente. Expresa bellamente su angustia, rezando a Dios para que no se enamore de un hombre del país que causó la muerte de su hermano en la batalla. Brook, en una actuación espléndida, también se muestra como un actor excepcional, manejando bien su preocupación por la seguridad de Pola de parte de la gente iracunda que la tilda de traidora. Me sobra el alegato redentorista y facilón del final, pero éste es un punto menor. Clyde Brook proporciona el alivio de la comedia. La película es muy digna de ver por estos dos actores. En ese momento, Pola estaba de luto profundo por la muerte de Rodolfo Valentino, con quien se dice que había tenido una relación cercana. Es una pena que su marcado acento polaco le impidiese alcanzar el estrellato en las películas sonoras estadounidenses.
GUSTAV VON SEYFFERTITZ
Actor de cine y director teatral de origen alemán, nacionalizado estadounidense. Su nombre completo era Gustav Carl Viktor Bodo Maria von Seyffertitz. Tenía uno de esos rostros pétreos que no engañaba a nadie. Había nacido para ser malo en la pantalla y cumplió a rajatabla con esa máxima. Era el amante despechado, el espía taimado o el elemento turbio de cualquier historia. Trabajó con Mary Pickford, con la Garbo y con Louise Brooks, entre otras, siempre dejando tras de sí un rastro de maldad considerable.
Estuvo en más ciento cincuenta películas y también dirigió algunas personalmente. Cuando murió en Los Ángeles tenía ochenta y un años. Al ver su foto, comprenderéis que una cara como la suya era capaz de matar del susto.